Placa que rinde homenaje al joven militante marxista-leninista Gustau A. Muñoz / INMA SANTOS

Placa que rinde homenaje al joven militante marxista-leninista Gustau A. Muñoz / INMA SANTOS

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Flores frescas para Gustau A. Muñoz

Una placa en la calle Ferran rinde homenaje a un joven militante marxista-leninista asesinado en 1978

11 septiembre, 2021 21:03

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Cada 11 de septiembre en una verja de la calle de Ferran, aparece decorada con ramos y cestas de flores que se arremolinan en torno a una discreta placa sujeta con bridas que rinde homenaje...¿a quién? Una lectura rápida resuelve casi todas las dudas:

“Gustau A. Muñoz
Militant de la Unió de Joves Marxistes-Leninistes
Assassinat per les forces d’ocupació l’11 de setembre de 1978”

Todos los años varias organizaciones rememoran los hechos de aquella tarde que tiñeron de negro la Diada de 1978 y rinden así homenaje a la víctima. Pero ¿qué sucedió? En la Diada de aquel año, marcado por el ambiente convulso y enrarecido de la transición, una formación extraparlamentaria, el PCE(i), llamó a la movilización. Las autoridades competentes ilegalizaron el mismo día la manifestación convocada en la plaza de Sant Jaume bajo el lema “Fora les forces d’ocupació” (fuera las fuerzas de ocupación). Sin embargo, esto no impidió que se celebrara con la participación de Gustau, militante de la Unió de Joventuts Marxistes-Leninistes (UJML), que integraba uno de los piquetes de autodefensa. Solo tenía 16 años, pero de los de aquella época y unas fuertes convicciones políticas.

ABATIDO POR UNA BALA

Fue a la altura de la calle de Avinyó, para dispersar a los manifestantes, la policía empezó a disparar pelotas de goma y botes de humo. Ante la carga policial, el piquete de autodefensa en el que estaba Gustau respondió con lanzamientos de botellas incendiarias desde la plaza de Sant Miquel. Unos policías de paisano intentaron detenerlos, pistola en mano, pero los miembros del piquete se resistieron, contraatacaron y, tras dispersarse, lograron huir por la calle de la Ensenyança. Y entonces, ¡pum!, Delante del Sindicat de Banquers, en mitad del rifirrafe, el joven militante cayó abatido por una bala del calibre 38 disparada a pocos metros, desde la acera de delante.

Tras la muerte del joven militante, llegó la desarticulación del PCE(i) y la mayoría de sus militantes fueron detenidos y condenados a largas penas de prisión.

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