Algo así como cuando el bueno de Indiana Jones buscaba con todas sus fuerzas el arca perdida, Barcelona vuelve a estrenar nueva temporada teatral, 2022-2023, tratando por todos los medios que el público vuelva a llenar las salas como había ocurrido en tantas excelentes temporadas de éxito, antes de esa tremebunda nube negra que hizo estragos a finales del curso 2021-2022.

Un poco de remember, por favor, que aquí olvidamos muy pronto qué es lo que pasó hace tan solo cuatro días… 

Con la llegada del sofocante calor, y a medida que casi todos empezábamos a perderle el miedo al Covid, ocurrió lo que algunos ya habían previsto que pasaría, que el respetable dejaría de acudir a los teatros. Y así fue. Diversas salas barcelonesas se vieron obligadas a tener que bajar el telón antes de tiempo, interrumpiendo funciones que tenían una fecha de salida más larga.

Las cifras del sector teatrero de la temporada anterior fueron descorazonadoras, ya que la ocupación de las salas no llegó ni al 54%, cifras bastante lejanas a las que se registraban en tiempos pre pandémicos. Lo cierto es que, en un primer momento, todo parecía funcionar muy bien, justo al iniciar el curso. De hecho, tras la reapertura de las salas de teatro en el 2021, todos nos volvimos locos de alegría y llenamos todos los recintos escénicos. Necesitábamos volver a la normalidad. En aquellos primeros meses, todo eran ganas de salir, de quedar con gente. Tocar de cerca espectáculos en vivo.

Pero justo en cuanto llegó la Semana Santa el panorama se transformó de manera radical. Según el propio sector, los meses más difíciles fueron, en concreto, mayo y junio.

Todos han tratado de conjeturar razones y explicaciones. Que nos hemos pasado mucho tiempo confinados en casa alimentando nuevos hábitos de ocio (Netflix & Co), que la crisis nos ha empobrecido y no tenemos para salir (aunque los bares siguen a full), que eso del teatro ya solo es cosa de gente mayor…

Ese sí que es un tema que da para una buena reflexión. ¿Como podemos generar un nuevo público realmente joven, que se haga suyo el teatro que se programa hoy?

Programadores artísticos, productores y autores están tratando de generar nuevas propuestas en sintonía con las generaciones recientes. Pero esa tarea no es fácil y mucho menos inmediata, requiere un tiempo de adecuación.

Personalmente he disfrutado con el Golfus de Roma en el Condal, con La Trena en el Goya y con lo último de La Villarroel, La meravellosa família Hardwicke.

El otro día un amigo que trabaja en el sector me comentó que están cambiando las dinámicas ya que, hasta hace poco, la pre-venta era un buen indicador de como podría llegar a funcionar un espectáculo, de su recorrido. Pero la gente vive al día. Ahora parece que ya no vale tanto como brújula de navegación. Y claro está, sin previsión, los productores no pueden saber si podrán alargar más una función, o qué ingresos va a generar tal o cual producción.

Me pareció genial que el otro día el presidente del Grup Focus, Daniel Martínez, nos anunciará a todos que a partir de esta temporada los espectadores, el público, será el gran protagonista.

Por lo visto, van a celebrar el I Congreso Internacional de Espectadores de Teatro, promoviendo un Consejo Asesor para que el público pueda valorar los espectáculos. Creo sinceramente que esa puede ser la clave, escuchar qué quiere ver la gente, programar poniendo la atención en la demanda.

De momento la temporada está arrancando con energía e ilusión, con una calidad excelente y con unas ocupaciones de salas muy alentadoras.

The Show Must Go On.