Soy consciente de que el tema de la seguridad empieza a ser un tema aburrido. A mi, francamente me aburre tanto que consigue llegar a resultarme un tema hasta molesto. Me molesta la incapacidad del gobierno municipal para hacer frente a la situación de inseguridad que, por más que nieguen, se vive en la ciudad de Barcelona.

Desde el gobierno del Ayuntamiento se ha pasado por diferentes fases. Empezaron negando el problema tildándonos de alarmistas a aquellos que alertábamos sobre la situación de inseguridad en que se encontraba Barcelona.

Después pareció que quisieron tomar cartas en el asunto, pero desgraciadamente, sus medidas han demostrado ser totalmente ineficaces. Es cierto que se están haciendo algunas reformas, como por ejemplo, la de integrar en un sólo número telefónico la central de emergencias, pero son avances insuficientes y para colmo lentos.

Desde el gobierno municipal se ha intentado decirnos durante meses que la situación estaba controlada. Se nos han prometido más efectivos de Guardia Urbana, y la realidad es que por el momento el ritmo de jubilaciones parece hacer peligrar el aumento que se supone íbamos a ver en los próximos años.

Se nos ha intentado dibujar una situación que dista mucho de la realidad que viven los ciudadanos en sus calles. Se nos ha dicho que la delincuencia iba bajando, pero la realidad es que no dejamos de encontrarnos con malas noticias como la que hemos podido ver hace nada.

La empresa de transportes GLS ha decidido dejar de operar en una parte de nuestra ciudad por culpa de la inseguridad que se vive en nuestras calles. Según afirma la propia empresa, se están produciendo sistemáticamente robos a mensajeros, y eso les ha hecho decidir interrumpir los envíos a parte de nuestra ciudad.

Tengo ganas de ver la reacción del gobierno municipal frente a este hecho. Imagino que a una empresa privada como GLS no serán capaces de llamarles alarmistas. Imagino que asumiendo que toda empresa privada viene a ser algo así como un “ente malvado” que solamente piensa en los beneficios económicos, entenderán que en ningún caso tomaría una decisión que le hiciera perder facturación si no hubiera un motivo realmente potente detrás de esa decisión. Muy mal tienen que estar las cosas para que una empresa privada de envíos decida limitar su actividad, y más en estas fechas.

Es posible que la obsesión de Ada Colau contra las empresas de envío de paquetería haga que sea incapaz de entender y dimensionar la gravedad de este asunto. Una cosa es hacer proclamas contra Amazón, y otra cosa es ser incapaz de garantizar la seguridad de aquellos trabajadores que se ganan la vida con el reparto a domicilio. Hablamos de una situación surrealista.

Es inconcebible que en pleno siglo XXI, en una supuesta capital moderna y avanzada como Barcelona, se sea incapaz de acabar con la delincuencia que parece campar impunemente por las calles de nuestra ciudad.

Sorprende también, y no hay que olvidar, la aparente incapacidad de los Mossos d'Escuadra para atajar situaciones como las anteriormente descritas. El Ayuntamiento de Barcelona no cumple en materia de seguridad para con los vecinos de la ciudad, pero el gobierno de la Generalitat tampoco.

La próxima vez que te digan que Barcelona es una ciudad segura,  recuerda: GLS.

La próxima vez que te digan que quejarte de la falta de seguridad es ser un alarmista, recuerda: GLS

La próxima vez que te digan que está todo controlado, recuerda: GLS

Barcelona no puede permitirse seguir ignorando este problema, y es por ello que es más necesario que nunca volver a alzar la voz.

La inseguridad es una de las desigualdades más graves, y por ello, lo más progresista es acabar con la inseguridad.