Antoni Cabeza, Josep Maria Montaner y Josep García Puga, en rueda de prensa / DGM

Antoni Cabeza, Josep Maria Montaner y Josep García Puga, en rueda de prensa / DGM

Sucesos

Las grietas del edificio de Llull se deben a la desaparición de sus cimientos

El problema estructural se espera resolver a lo largo de la próxima semana y los expertos investigarán el origen del problema

16 marzo, 2017 18:11

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Aún sin cimientos, el edifico situado en el número 155 del carrer de Llull se ha mantenido en pie. Fueron la aparición de las grietas de más de 20 centímetros las que alertaron a un obrero que iba a hacer unas pequeñas reformas en la finca. Él, de inmediato, llamó a los Bomberos para que evaluaran el caso. ¿Resultado del análisis? Dos de las cuatro paredes de carga habían dejado de cumplir su función al no tener punto de apoyo. La falla había desaparecido, dejando un hueco de unos 40 y 50 centímetros bajo la base de la finca.

Afortunadamente, una especie de volta catalana de la estructura del edificio ha permitido trabajar como arco de descarga improvisado, según ha explicado el regidor del Distrito de Sant Martí, Josep Maria Montaner. De esta forma, el inmueble se ha podido mantener en pie a precario, hasta que fue evaluado por los cuerpos de seguridad. "En ver la afectación, se ordenó el desalojo inmediato del edificio", ha explicado el responsable de los servicios técnicos de los Bombers de Barcelona, Antoni Cabeza.

EL DESALOJO

Instantes después de observar el hueco bajo el suelo, se procedió a desalojar a los vecinos para preservar su seguridad. Luego, todos ellos pudieron ir entrando, uno a uno y acompañados por los cuerpos de seguridad, a recoger sus pertenencias más indispensables, como medicinas o prendas de ropa. ¿Por qué se procedió de forma similar con los vecinos colindantes? Si se hundía el 155, "hubiese arrastrado los edificios de los costados", ha asegurado Cabeza.

En total, 32 personas de 19 pisos tuvieron que abandonar sus viviendas habituales. Entre ellos, cinco han pasado la noche en las dependencias municipales, al no encontrar alojamiento en casa de amigos y/o familiares. Si bien uno de ellos deberá permanecer como mínimo dos semanas más fuera de su casa (al residir en el 155), los otros cuatro que residen en los edificios 153 y 157 podrán regresar a sus viviendas entre las próximas 24 y 48 horas. Tal como han confirmado los responsables municipales, los bloques laterales no deberían correr peligro.

LAS OBRAS DE LOS HOTELES, PARALIZADAS

Sin embargo, para garantizar la seguridad de los inquilinos, los técnicos han instalado sensores en las paredes para detectar cualquier movimiento que se pueda producir. La inestabilidad del suelo freático es la fuente de mayor preocupación municipal. Por este motivo, se ha ordenado la paralización cautelar de las obras que se estaban llevando a cabo enfrente del edifico. Dos hoteles que ya estaban en el punto de mira de los vecinos, ya que, en su opinión, son los responsables de la aparición de los males estructurales de sus escaleras.

Si bien todavía se desconoce el origen del problema, Montaner ha asegurado que si los hoteles presentan un alto grado de responsabilidad en los movimientos de tierras, sus correspondientes licencias y proyectos deberán ser “revisados totalmente”. Ante las criticas que han pronunciado algunos inquilinos en referencia a la actuación previa de la administración local, el mismo gerente del Districte de Sant Martí, Josep García Puga, ha explicado cronológicamente cómo desde el pasado mes de septiembre el Ayuntamiento ha ido interrumpiendo las obras por afectaciones secundarias. "Y así restaran hasta que se aclaren las responsabilidades que puedan tener", ha añadido.

LA CRONOLOGÍA DE LAS AFECTACIONES DE LA OBRA

"El pasado 1 de septiembre se paró la obra; el 7 de septiembre se colocaron unos testimonios en el bloque 157 y el 155; el 16 de septiembre se reiniciaron los trabajos en una segunda linea (no la de fachada del carrer Llull, sino una situada más en el interior de la construcción; el 7 de octubre el proceso pasó a fachada, volvieron las vibraciones y se volvió a parar la obra; el 10 de enero aún así se levantó una constancia notarial de las grietas entre Llull, Llacuna y Roc Boronat como requerimiento de una empresa que denunciaba la aparición de estas en sus propiedades", resumía Puga. Las últimas quejas vecinales solo remitían al incumplimiento del horario de las obras, según han señalado las fuentes municipales.

Tal como ha reconocido Montaner, los expertos ahora recomiendan estudiar toda la isla de casas, para ver el comportamiento que ha tenido el subsuelo en cada uno de los bloques. Por ahora, la reparación temporal de emergencia "se puede hacer con cierta velocidad y eficacia", ha confirmado el regidor. Se rellenará con hormigón ligero el hueco que han dejado los desaparecidos cimientos del edifico y esta ese apuntalará simultáneamente. En una semana la actuación física debería darse por finalizada. En cambio, la investigación de las causas se podría alargar unos cuantos días más.