Esta expresión define a quién con su actitud “persiste empecinadamente en errores garrafales, incluso a sabiendas, por orgullo y por mantener las apariencias, aunque mantener el error cause un daño mayor que no mantenerlo”. Viene del castellano antiguo y se refería a una situación por la que los antiguos hidalgos una vez desenfundaban la espada debían mantener el reto, mantener su honor so pena de quedar en entredicho. Así sucedía en la historia y así sucedió ayer en el Ayuntamiento de Barcelona.

Espoleados por unas infames veleidades del diario Público, pagado y sostenido por la musa de la comunicación independentista Jaume Roures, ERC y JxC solicitaron un pleno extraordinario para pedir que el Congreso de los Diputados investigara las conexiones del CNI con el trágico atentado de las Ramblas de hace dos años, que en el argumentario se traducía como la connivencia de los servicios secretos españoles con los terroristas para hundir al independentismo.

De poco sirvió, la filtración de las investigaciones de la Guardia Civil, Policía Nacional y, nada más y nada menos, que de los Mossos d’Esquadra, que desmentían la información y la ponían en el mismo nivel de un bulo interesado, para favorecer los más bajos instintos de aquellos que quieren dibujar una nueva España negra que persigue sin piedad, y sin ahorrar medios, a los muy demócratas que desde la “revolución de las sonrisas” se erigen en los adalides de un nuevo orden en forma de República Catalana en la que todos seremos más libres, más ricos, y más de todo.

En España ya vivimos una situación similar tras los atentados del 11-M. Algunas fuerzas políticas, con el respaldo de algunos medios de comunicación, retorcieron la realidad hasta la saciedad para justificar que o bien ETA era la autora del atentado, o bien los servicios de información dieron un golpe de estado para tumbar al Partido Popular en las elecciones de 2014. Ahora el leif motiv es el mismo. Los servicios secretos dieron un golpe de estado al independentismo para hundir sus expectativas.

Subidos en la oleada de las supuestas “informaciones” de Público, ERC y JxC pidieron un pleno urgente para que el Congreso investigue. No les sirve las informaciones en curso, y menos reconocer que lo que sabemos tira por tierra la tesis del neo independentista Roures por zafia e insustancial. Pero, republicanos y convergentes hicieron bueno su propio “sostenella y no enmendalla”, y para ello contaron con el apoyo de los “colaboracionistas” habituales de Barcelona en Comú, siempre temerosos de perder comba.

Dijeron los Comunes que su voto no estaba a favor de la teoría de la conspiración. ¿Y que fue si no? ERC y JxC no se bajaron del burro porque atizar la “conspiranoia” ayuda a sus intereses, aunque sea sustentados en las mentiras. No les viene de una más. Pero, la actitud de Barcelona en Comú solo obedece a su papel de muleta del que no quieren, o no saben, desprenderse. Con los problemas que tenemos en la ciudad, el pleno municipal aprueba una moción para que el congreso investigue una patraña aireada sin ningún tipo de sustento racional. Quizás, los concejales y concejalas deberían utilizar su tiempo este mes de agosto en leerse las investigaciones policiales y el auto judicial. A diferencia del pasado, sostenella y no enmendalla los ha dejado en entredicho.