El 11 de setembre se acerca y ni la pandemia hace que la ANC se replantee las manifestaciones convocadas. No serán como siempre porque cuentan que respetarán la normativa de separación y todos llevarán mascarillas. La irresponsabilidad de la ANC, y de Elisenda Paluzie, es mayúscula porque no sabemos porque regla de tres estas medidas están garantizadas. Una irresponsabilidad que comparte Joaquim Torra, quien después de decir que será duro y no le temblará el pulso ante un nuevo posible confinamiento, se desdice para permitir una movilización que llenará bares, calles y servicios públicos. Porque, no nos engañemos, el movimiento independentista está agazapado, pero no hundido, y en la Diada dará el do de pecho.

Podríamos decir, recordando y parafraseando aquel viejo eslogan revolucionario, que “irresponsables unidos, jamás serán vencidos”. Dicen que el 8M fue una parte importante en la culpabilidad de la expansión del virus en Madrid. ¿Es necesario ahora que en Cataluña tengamos nuestro propio 8M vestido de 11S? ¿Tanto le cuesta al independentismo ser prudente ante esta situación? Deberían saber sus líderes, que su reivindicación no desaparece si reemplazan la irresponsabilidad por prudencia.

La ANC rodeará las instalaciones de la opresión del Estado. Estaciones de tren, agencia tributaria, servicios de empleo, delegación del Gobierno y subdelegaciones, y, sobre todo, la Universitat de Barcelona. Quién lo iba a decir, que la universidad era un elemento de opresión. Lo que sorprende es que la señora Paluzie, a la sazón presidenta de una ANC que se arroga la representatividad de todos los catalanes independentistas y desprecia por “malas personas” o por “antidemócratas” al resto, diga esto de su universidad.

Desde marzo, Paluzie es catedrática de Economía Aplicada, y cobra un “salario español” de esta universidad. No consta que la brava líder independentista que repudia todo lo español haya renunciado a su salario. Lo que sorprende es que considere que las universidades tienen que ser punta de lanza del movimiento independentista. Sorprende menos, al saber que en unos meses habrá elecciones. En principio, en noviembre pero la última palabra la tiene la pandemia. O sea, que los indepes quieren asaltar la Universitat de Barcelona que se sitúa en primer lugar de las universidades españolas en los rankings internacionales.

La señora catedrática también obvia, por desconocimiento o por mala fe, que las universidades tienen autonomía y en Cataluña se rigen por la Ley de universidades. También se desconoce que la señora Paluzie haya luchado por los recortes en los recursos universitarios de los últimos gobiernos de Cataluña. Desde Mas a Torra, incluido el periodo en el que el responsable de la universidad catalana era el muy, pero que muy, independentista Antoni Castellà. O sea, que Paluzie ampara una movilización, irresponsable por la situación pandémica, pero también irresponsable y mentirosa al acusar al estado de opresión a través de la universidad.

Ciertamente, la gestión del actual rector, Joan Elías, no es para tirar cohetes, pero su equipo es transversal y plural. Hay indepes y no indepes, y el rector no se puede decir que se haya enfrentado al movimiento independentista. Al contrario: ha cedido a las presiones cuando se han producido, y lo único cierto es que no ha plantado cara. Eso sí, para la española a tiempo parcial o si prefieren para la independentista que vive del Estado español, a Elías le ha faltado ardor guerrero.

La pandemia está azotando y de qué manera a Cataluña. Brotes en decenas de lugares, riesgos extremos por la vendimia y la recogida de la fruta, y alarmas encendidas en el área metropolitana y en algunos barrios de Barcelona. Lo razonable sería, como dice el doctor Trilla, hacer un 11S en diferido cuando los peligros hayan escampado. Pero no, la ANC y Paluzie quieren tener su protagonismo. Ese protagonismo hedonista que impera en el independentismo. Quieren ser la referencia, aunque sea a costa de la salud. Quieren aparentar la valentía de los descerebrados. Una lástima, porque los afectados serán los catalanes, sean indepes o no. Y si no se respeta la distancia y la gente no lleva mascarilla solo habrá dos culpables: Elisenda Paluzie y Joaquim Torra. Después que no vengan con argumentaciones “inteligentes”, porque la memez nunca es inteligente. Es justamente lo contrario.