Como bien dice nuestro refranero español “La primavera la sangre altera” y es lo mismo que le ha sucedido al gobierno municipal de los comunes liderado por la alcaldesa Ada Colau. Nada más, ni nada menos, se han gastado casi 300.000 euros en celebrar la Primavera Republicana que este año conmemoraba el noventa aniversario de la proclamación de la Segunda República. Una celebración impulsada en el año 2016 por el gobierno de Colau, que se empeña en teñir cualquier festividad en tono de ideología política, cuando la realidad de los barceloneses es otra.

A día de hoy vivimos una crisis sanitaria, que ha conllevado una crisis económica, de la cual muchos negocios no se recuperaran. Por eso, estas celebraciones ideológicas resultan insultantes, especialmente para aquellos autónomos y pequeños negocios de la ciudad que están sufriendo la crisis y ven que gran parte de sus impuestos van destinados a una fiesta irrelevante, que no ha servido para nada, solo para despilfarrar el dinero de los barceloneses.

Mientras las fiestas de barrios se han cancelado por la pandemia, resulta surrealista ver que desde el gobierno de Colau se organizan actos y conciertos en todos los distritos de la ciudad, para “celebrar” el 90 aniversario de la Segunda República en pleno siglo XXI. 

En Sant Martí, distrito al que represento, se celebró un acto en el Parc del Centre del Poblenou que se basó en la realización de unas actuaciones con coreografías, que en la web de la Primavera Republicana definen así: “Los actos se basaban en propuestas artísticas del 90 aniversario de la proclamación de la república, mostrando valores republicanos expresados en la acción transformadora de la vida cotidiana y los derechos y las libertades”. Estas actuaciones junto con la coreografía y los otros actos en los diferentes distritos han ascendido a una cifra económica escandalosa teniendo en cuenta que el cierre del 2020 de las cuentas de Barcelona ha sido de un déficit de alrededor de 50 millones de euros y con restricciones por covid. La alcaldesa se podría ahorrar este malgasto en fiestas ideológicas.

Por desgracia, además de la crisis económica, hay muchos más problemas en el distrito de Sant Martí como la inseguridad; hurtos de carteras y móviles, asentamientos ilegales, robos en coches por la noche, quema de contenedores, problemas en la limpieza de las calles de diferentes barrios como la Verneda y la Pau y Sant Martí de Provençals.

A todo esto, sumamos la tristeza de pasear por la Rambla del Poblenou sobre las seis de la tarde y ver todo vacío, siendo consciente de que muchos locales de toda la vida ya no volverán a abrir. Un hecho que contrasta con el dinero malgastado en la primavera republicana de Colau. Esa inversión, se podía haber destinado para los negocios de barrio que realmente están sufriendo, que lo único que quieren es trabajar con libertad, para mantener a sus familias y mirar al futuro y dejar de mirar constantemente al pasado, como hace la alcaldesa Colau con fiestas ideológicas y nostálgicas que antes de su llegada al consistorio no se celebraban. Recordar a la alcaldesa que estamos en 2021 y las prioridades reales de los barceloneses son otras, especialmente vivir en una ciudad en libertad.