Una persona sin techo come en las instalaciones de la parroquia de Santa Anna, en Barcelona / EUROPA PRESS - David Zorrakino

Una persona sin techo come en las instalaciones de la parroquia de Santa Anna, en Barcelona / EUROPA PRESS - David Zorrakino

El pulso de la ciudad

La parroquia de Santa Anna da cobijo a los sintecho durante la ola de frío

La iglesia reactiva el servicio de acogida nocturna ante la bajada de temperaturas en la capital catalana

13 enero, 2021 10:52

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La parroquia de Santa Anna se pone manos a la obra para proteger a los sintecho durante la ola de frío intenso en Barcelona. La iglesia, situada en la calle de Santa Anna, 29, ha vuelto a reactivar el servicio de acogida nocturna que inició durante la reclusión de marzo de 2020. 

Desde el centro eclesiástico aseguran que tan solo pueden acoger a un número reducido de personas sin hogar para evitar la propagación del virus, pero que la intención es dar cobijo a todas las personas necesitadas que se pueda ante la bajada de temperaturas provocada por la borrasca Filomena

El Hospital de Campaña de la parroquia de Santa Anna, que ha sido uno de los más proactivos en la ayuda social desde el inicio de la crisis económica provocada por el covid-19, se ha convertido en un espacio de dormitorio. Los sintecho pueden acceder a él y dormir en colchones con sacos separados para evitar contagios

DOS SINTECHO MUERTOS POR LAS BAJAS TEMPERATURAS

La necesidad de un lugar para descansar por las noches se ha vuelto más imperiosa desde que comenzaron a bajar los termómetros en la capital catalana. En Barcelona han muerto dos personas sin hogar congeladas por el frío y otras muchas presentan síntomas de hipotermia.

La Fundació Arrels, que asiste a indigentes de la ciudad condal fue muy crítica con el modelo de acogida implementado por el Ayuntamiento. Esta asociación explicó que el consistorio solo daba este servicio durante los días más duros del año en cuanto a las temperaturas y que muchos de los usuarios preferían no ir para no acostumbrarse a las buenas condiciones y después tener que volver a las malas. La fundación también defendió que los albergues municipales no dejaban entrar a personas sintecho con mascotas o carros con pertenencias, por lo que muchos desistían en el intento.