Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona / EFE - QUIQUE GARCÍA

Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona / EFE - QUIQUE GARCÍA

El pulso de la ciudad

Y al final, Colau cayó en manos de los curas… la alcaldesa se congracia con la iglesia

El Ayuntamiento da 1,7 millones a los salesianos para tutelar a jóvenes mientras quiere arrebatar los jardines a 60 niños que cuida otra congregación

15 julio, 2022 00:00

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Ada Colau ha caído, literalmente, en manos de la Iglesia. Ironías de la vida, la alcaldesa que más muestras ha dado de anticlericalismo acaba de conceder un suculento contrato de 1.742.581 euros a la congregación Salesians Sant Jordi. El que falte menos de un año para que sean las elecciones no ha tenido nada que ver. Pero no deja de ser curioso que el área de Cultura del Ayuntamiento haya puesto en manos de los salesianos la gestión de la Escola Municipal de Segones Oportunitats (em2o).

“Existen en la ciudad de Barcelona centenares de jóvenes que han experimentado abandono escolar prematuro, que no se pueden formar, que tienen una muy baja calificación académica, que no están preparados para incorporarse al mundo del trabajo y, lo más importante, que tienen recorridos vitales llenos de vulnerabilidad. Jóvenes no solo descolgados del sistema educativo o laboral, sino de la vida. Estudios se seguimiento de la cohorte de jóvenes nacidos en el año 2001, hechos por el Consorci d’Educació de Barcelona han estimado que 291 jóvenes de la ciudad de Barcelona, durante el curso escolar 2019-2020 ya han abandonado los estudios y se encuentran en situación de vulnerabilidad social”, dice un informe del Ayuntamiento.

Un grupo de jóvenes en situación de vulnerabilidad / GENERALITAT DE CATALUNYA

Un grupo de jóvenes en situación de vulnerabilidad / GENERALITAT DE CATALUNYA

UN PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO

En el consistorio son conscientes de que la pandemia ha ahondado en la ruptura social de estos jóvenes y quiere buscarles una salida. “Les hace falta un proceso de acompañamiento, orientación tutoría e itinerarios educativos personalizados con fórmulas pedagógicas innovadoras, participativas e inclusivas que alternen la formación, el trabajo y actividades de ocio educativo”, dicen los informes municipales. Para ello, se utilizará la em2o, que tiene la sede en la calle Capella 10, en el distrito de Sant Andreu, aunque habrá coordinación con otras sedes, como el Espai Jove Les Basses, para la planificación conjunta de actividades, así como con optras entidades como el Consorci d’Educació, el IMSS, Barcelona Activa, el SOC, el Departament de Joventut o la DGAIA.

Los salesianos se harán cargo de la formación de esos casi tres centenares de jóvenes durante dos años, con la opción de renovar por otros dos años (lo que elevaría el total del proyecto a más de 3,4 millones de euros). Lo harán a través de la Fundació El Llindar.

CON LA CRUZ A CUESTAS

La benevolencia del consistorio con esta institución eclesiástica contrasta con otras ariscas actitudes del Ayuntamiento. El año pasado, la Congregación Madres de Desamparados, que gestiona el santuario Sant Josep de la Muntanya, inició una recogida de firmas contra la alcaldesa, porque el Ayuntamiento les reclama sus jardines. “La intención del consistorio barcelonés es adquirir este espacio con el fin de convertirlo en una vía de tráfico, aunque buena parte de la comunidad católica de la segunda más poblada de España considera que es un gesto más de Colau contra los católicos”, decía el comunicado que la congregación lanzó por las redes para recabar apoyos. Los responsables municipales sí que hacen que esta pequeña congregación vaya con la cruz a cuestas desde hace tiempo.

Estrella iluminada de la Sagrada Família de Barcelona / PAU VENTEO - EUROPA PRESS

Estrella iluminada de la Sagrada Família de Barcelona / PAU VENTEO - EUROPA PRESS

El tema es sangrante. “60 niños y adolescentes tutelados por la Generalitat tienen su casa en Sant Josep de la Montaña. Son niños, niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social que necesitan el apoyo y acompañamiento de educadores y trabajadores sociales para crecer en todos los ámbitos de la persona”, dice la congregación en su portal, que especifica que viven en 6 hogares en los que forman familias de convivencia que sustituyen de manera temporal a sus familias biológicas. “San José de la Montaña no es sólo un santuario. Es un CRAE, un Centro Residencial de Atención Educativa, que ofrece una casa y, sobre todo, les ofrece a las niñas y niños una seguridad y estabilidad que fuera no tienen”, dice la Congregación.

¿DOS VARAS DE MEDIR?

Esa es, precisamente, la filosofía que parece iluminar el espíritu del contrato que regaló Colau a los salesianos para gestionar la em2o, que les acaba de adjudicar el 7 de julio, día de San Fermín. Ambos casos tratan a niños y jóvenes en situaciones difíciles, con riesgos evidentes y su labor social es innegable, tanto la de El Llindar como la de las Madres de los Desamparados. Pero la vara de medir de los comunes no parece ser la misma. La Congregación Madres de Desamparados no parece gozar de tantas simpatías municipales como sus colegas… ni su presidente es un exalto directivo de la Caixa y exmiembro de la empresa pública municipal Foment de Ciutat. El millonario encargo a la Fundación El Llindar podrá servir, metafóricamente, para ponerlo en uno de los brazos de la balanza de los pros y los contras de Colau a la hora de hacer el balance de sus actividades en el juicio final de legislatura… y esperar el milagro de una victoria en las urnas. Algo así como a Dios rogando y con el mazo dando.

Los comunes, en realidad, habían puesto la cruz a la Iglesia desde el momento en que pusieron los pies en el consistorio. Obligaron a la Sagrada Família a abonar licencia de obras, exigieron pagos de recibos e intentaron que la Iglesia pagase el IBI como los demás colectivos. En 2016, Colau hizo que el Ayuntamiento emprendiese una bochornosa campaña y colgó carteles por toda la ciudad con un controvertido lema: “Las únicas Iglesias que iluminan son las que pagan el recibo de la luz”. La frase, más allá del interés municipal por resaltar los privilegios eclesiásticos, recordaba las consignas radicales de los anarquistas y comunistas durante la Guerra Civil. Sólo en Cataluña fueron asesinados unos 5.000 religiosos, cuyas iglesias y vicarías eran asaltadas bajo el grito de “La única Iglesia que ilumina es la que arde”, que Buenaventura Durruti había importado de Piotr Kropotkin.

Dolors Miquel en un momento de su actuación en la entrega de los Premis Ciutat de Barcelona. - EFE

Dolors Miquel en un momento de su actuación en la entrega de los Premis Ciutat de Barcelona. - EFE

PROVOCACIONES Y RECLAMACIONES

La alcaldesa ya había pinchado a la Iglesia con el Padrenuestro sexual, una lectura poética e irreverente de la oración cristiana leída por Dolors Miquel en la entrega de los premios Ciutat de Barcelona. Colau defendió el poema (una de las frases que más irritó a los círculos cristianos fue la de Madre nuestra que estás en celo, sea santificado vuestro coño) y aseguró que la poetisa utilizó la plegaria “de forma metafórica, para recordar el poder creador de la ‘madre’ en contraste con la represión de la cultura patriarcal que aún hoy sufrimos”. La Asociación Española de Abogados Cristianos denunció a la alcaldesa, al Ayuntamiento y a la poetisa, pero los jueces acabaron archivando la denuncia. La buena acción anticlerical de los comunes, sin embargo, ya estaba sembrada.

En 2019, Colau logró que la Sagrada Familia se aviniese a pagar licencia de obras como cualquier ciudadano. La teniente de alcaldía Janet Sanz celebró el haber acabado con una “anomalía histórica” cuando la Junta Constructora de la basílica accedió a pagar 4,6 millones de euros por el permiso de rehabilitación aprobado por la comisión de gobierno del Ayuntamiento. El pacto incluye la previsión de pagar un total de 36 millones de euros en 10 años para compensar el gasto que genera a la ciudad.

SENTENCIA FAVORABLE A COLAU EN EL PAGO DEL IBI

En 2021, Colau tuvo otra victoria, aunque de menor envergadura: logró una sentencia judicial, tras un procedimiento contencioso-administrativo, para que una congregación pagase 22.368 euros de IBI. Los religiosos alegaron que el local estaba destinado a la educación y, por tanto, exento del impuesto, pero aquello era un negocio y la Iglesia obtenía beneficios con la actividad, por lo que los tribunales entendieron que era una actividad comercial y no educativa, como había acusado el consistorio.