Varios clientes, a la hora de la comidad, restaurante El Boliche del Gordo Cabrera / PABLO MIRANZO (MA)

Varios clientes, a la hora de la comidad, restaurante El Boliche del Gordo Cabrera / PABLO MIRANZO (MA)

El pulso de la ciudad

Bares y restaurantes: en busca de la noche perdida

La restauración aplaude que se alargue su jornada pero advierte de que la recuperación económica será muy lenta

9 mayo, 2021 00:00

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Tomarse una cerveza después del trabajo o cenar con los amigos ya no estará prohibido en Barcelona. A partir del domingo, bares y restaurantes podrán abrir hasta las 23:00 horas, con aforos reducidos, después de muchos meses de restricciones e ingresos reducidos por la crisis del coronavirus. El sector de la restauración celebra el nuevo escenario, pero advierte de que las medidas llegan tarde y augura una recuperación económica muy lenta. De momento, las reservas no invitan a tirar cohetes.

Restaurantes históricos, como Senyor Parellada, Can Soteras, Agut, Cal Pinxo, Mercè Vins, Café Jaime Beriestain y el Heidelberg, entre otros, son algunas víctimas del efecto devastador que la pandemia ha tenido en el sector. Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració, cifra en un 25% el cierre de locales desde marzo de 2020 hasta hoy y calcula que se llegará hasta el 33% en unos meses. Él ha sido una de las voces más críticas con la gestión del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat.

“La medida llega tarde para muchas empresas. Desde hace muchos meses, la situación de la restauración en Barcelona es agónica”, asegura Pallarols. “El problema es que los restaurantes acumulan muchas pérdidas y deudas inasumibles”, añade el director del Gremi de Restauració.

Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració / VERÓNICA MUR

Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració / VERÓNICA MUR


EL VIRUS, COMO LOS VAMPIROS

Las deudas atormentan a muchos negocios. Demasiados. Por ejemplo, al Boliche del Gordo Cabrera, un excelente restaurante uruguayo, con 25 años de antigüedad, situado en Consell de Cent. “Nos hemos endeudado con los bancos y no nos queda otra que seguir luchando. Con 41 años no me queda otra que resistir. Las restricciones de los últimos meses han sido una estupidez. Una estafa. ¿Acaso este virus es como los vampiros y solo sale por la noche?”, lamenta Daniela López, responsable del negocio a Metrópoli Abierta. Es la hija del fundador, Álvaro López, una reconocida figura de la gastronomía barcelonesa, y su hermana, Noelia López, se encarga de los fogones.

El Boliche tiene un menú de mediodía por 15 euros. La facturación aumentaba por la noche, con las cenas, sin un precio fijo. Las limitaciones horarias de los últimos meses han sido muy duras y auguran un repunte en los próximos meses. Eso sí, con matices, “porque el centro de Barcelona es la gran víctima de la crisis y muchos barceloneses se irán fuera los fines de semana”. “No hemos recibido ayudas y hemos seguido pagando los salarios de los empleados. Vamos a ver qué pasa en los próximos meses”, añade Daniela.

ESCEPTICISMO Y PREOCUPACIÓN

Can Boneta, un pequeño restaurante de la calle Balmes muy preciado por su platos de autor, también contempla el futuro con escepticismo y preocupación. En los últimos meses han hecho dos y hasta tres turnos al mediodía, con menús a 13 euros. Joan, ahora, no tiene claro qué hará con las noches. Si amplía su horario, deberá aumentar la plantilla, una opción que tiene muchos riesgos con la actual coyuntura económica.

Daniela López, responsable del restaurante El Boliche del Gordo Cabrera / PABLO MIRANZO (MA)

Daniela López, responsable del restaurante El Boliche del Gordo Cabrera / PABLO MIRANZO (MA)


“El nuevo escenario puede ser una trampa. De momento, seguro que nos suben otra vez el precio del alquiler y con un 30% de ocupación hemos de ser muy cautos. La gente tiene ganas de salir, pero los turistas tardarán en volver a Barcelona y nos podemos meter una hostia considerable”, remarca Joan. “Es cuestión de hacer números, pero tengo claro que no podemos subir precios”, agrega.

LA AUSENCIA DE TURISTAS

Mucho más volumen tiene los restaurantes Glop, con tres locales (en Gràcia, en Rambla de Catalunya y en la calle Casp). Hace un año y medio, Joan Ricart tenía unos 100 trabajadores en nómina. Actualmente, 33, una cifra que aumentará ligeramente en los próximos días. “La bofetada puede ser brutal si nos equivocamos”, asume.

El Glop, antes de la pandemia, servía entre 140 y 160 cenas diarias. Ahora, con las restricciones y sin turistas, la cifra será mucho menor. De ahí las dudas de Ricart, convencido de que “los cuatro meses siguientes serán muy importantes para todos los negocios”.

Restaurante El Glop, especializado en cocina catalana / CEDIDA

Restaurante El Glop, especializado en cocina catalana / CEDIDA


EL SALAMANCA RESISTE

En verano de 2019, por ejemplo, los turistas representaban el 90% de los clientes del Glop de lunes a jueves por la noche. Los fines de semana, el porcentaje de los clientes barceloneses subía. También al mediodía, cuando cuatro de cada cinco comensales eran locales. Este escenario, en el mejor de los casos, se repetirá en 2022. Hasta entonces, Ricart tiene clara la receta del éxito. O de la supervivencia: “Ajustar mucho el personal, mimar al cliente, ofrecer la misma calidad y empezar a ofrecer comida a domicilio, pero no quiero trabajar con Glovo”.

El Salamanca, fundado en 1969 por Silvestre Sánchez, es uno de los restaurantes más emblemáticos de Barcelona. La familia Sánchez amplió luego el negocio con dos locales más en el Port Olímpic y dos pizzerías. En los tiempos de esplendor tenían 450 trabajadores. La ampliación de los horarios tendrá un impacto muy positivo para el negocio, atenuado por la escasez de turistas internacionales.

NOCHES COMPLICADAS

“La ampliación de los horarios es una medida que esperábamos desde hace tiempo. Cataluña ha sido una de las comunidades más restrictivas con los horarios y los últimos meses han sido muy duros”, comenta Javier Sánchez, que regenta La Fonda del Port Olímpic.

Terraza de un restaurante del Salamanca en el Port Olímpic / CEDIDA

Terraza de un restaurante del Salamanca en el Port Olímpic / CEDIDA


Sánchez, no obstante, comparte que “la recuperación será lenta” por la ausencia de congresos y turistas. “Las noches de los días laborables serán complicadas”, insiste el propietario de La Fonda del Port, triste por “la desaparición de restaurantes de toda la vida” y por el balance final que traerá la crisis del coronavirus.

En Enrique Tomás también celebran la apertura de los horarios y ya han podido reactivar a la mayoría de sus trabajadores. En Barcelona tienen más de 30 tiendas, aunque todavía están cerradas las de Ferran, Santa Anna y plaza del Pi por la poca afluencias de turistas en la ciudad. En las últimas semanas, en cambio, han abierto las tiendas de los centros comerciales: Glòries, Arenas, Splau, Maquinista, etcétera.

"La ampliación de los horarios favorecerá el consumo, sobre todo en los meses de verano", comenta Xavier Bru, director de estrategia de Enrique Tomás. "Cuando los centros comerciales estaban cerrados, no tenía sentido que abriéramos nuestras tiendas. En las últimas semanas hemos notado un constante incremento de clientes", añade Bru. "En el centro de Barcelona, en cambio, la situación es mucho más delicada", sentencia.

Tienda Foodies de Enrique Tomàs y Christian Escrivà en el aeropuerto de Barcelona / CEDIDA 

Tienda Foodies de Enrique Tomàs y Christian Escrivà en el aeropuerto de Barcelona / CEDIDA 


LAS CERVECERÍAS, OPTIMISTAS

Los nuevos horarios sí deberían tener un impacto muy positivo en las cervecerías, que en los últimos meses han tenido que reinventarse para sobrevivir. La gran referencia en Barcelona es el BierCab, en la calle Muntaner, con 30 tiradores y cervezas de todo el mundo. Manolo, el jefe, tenía 11 trabajadores antes de la pandemia y ahora solo cinco. En los próximos días espera aumentar la plantilla.

“Los últimos meses han sido muy duros y hemos podido parar el golpe gracias a nuestra tienda. Por suerte, no hemos generado deuda”, explica Manolo, convencido de que en los próximos meses habrá “más movimiento” en el Beerxample.

SIN GRUPOS NI EVENTOS

Muy cerca del BierCab está en Conesa Beer Barcelona que regentan los hermanos Joan Manuel y Montse Conesa, que desde hace 10 meses tienen una terraza que ha suavizado el golpe del coronavirus. “La ampliación de los horarios nos favorece, pero los próximos meses no serán como antes porque teníamos muchos grupos y organizábamos varios eventos”, explica Montse. En los próximos meses solo abrirán jueves y viernes al mediodía. Empezarán a las 17:00 horas y cerrarán a las 23:00 horas.

El BierCab es la cervecería con más tiradores de Barcelona / CEDIDA

El BierCab es la cervecería con más tiradores de Barcelona / CEDIDA


“Llevamos un año muy duro. Cuando empezó el estado de alarma, tiramos 4.000 euros en cerveza y mucha comida”, lamenta Montse. En diciembre, aunque con pérdidas muy inferiores, se repitió la historia. Ahora esperan que el buen tiempo mejores las ventas. Advierte, no obstante, de que los meses de verano serán complicados “porque los barceloneses tendrán muchas ganas de salir de la ciudad”.

EL FUTURO DE LAS EMPRESAS

Bares y restaurantes inician una nueva etapa. Una fase con más dudas que certezas. Pallarols, no obstante, confía que las nuevas medidas supongan un punto de inflexión, “un camino sin retorno”. “Es un paso hacia delante en la dirección correcta después de muchos meses de emergencia económica. Las empresas se están desintegrando”, remarca el director del Gremi de Restauració.

Pallarols recuerda que “la restauración es muy diversas” en Barcelona y avisa que “la reactivación económica, sin turistas ni congresistas, será muy lenta”. “Seguro que tendremos un verano mejor que el de 2020, pero no tendremos el verano que necesitamos y muchos negocios están en una situación límite”, sentencia el director del Gremi de Restauració, un sector que necesita nuevos estímulos.

LA BOQUERIA

La ampliación de los horarios de bares y restaurantes tendrá un impacto muy positivo en los mercados de Barcelona. Sobre todo en La Boqueria. Óscar Ubide, su gerente, destaca: “Somos vasos comunicantes. Cuanto más trabaje la restauración, mejor para nosotros. En los últimos días, Ubide ha visto más movimiento en la Boqueria, “más alegría” y confía en el turismo nacional para paliar la caída de turistas extranjeros en Barcelona, una ciudad que ha pasado un mal trago en los últimos meses por las restricciones de la Generalitat.