Gerard Piqué celebra el gol del empate del Barça en el campo del Espanyol / EFE

Gerard Piqué celebra el gol del empate del Barça en el campo del Espanyol / EFE

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Piqué salva al Barça en un derby con mucha tralla

El defensa manda callar a los aficionados del Espanyol tras replicar el gol inicial de Gerard Moreno

4 febrero, 2018 18:51

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En Sarrià o en Cornellà-El Prat, en un distinguido barrio de Barcelona o en el área metropolitana, nada pone más a los pericos que un duelo contra el Barça en su estadio. En un partido con mucha testosterona disputado bajo una lluvia persistente y un campo con muchos charcos, el Espanyol puso contra las cuerdas al líder, pero un cabezazo del más odiado, Gerard Piqué, evitó la primera derrota azulgrana en la Liga. El defensa, pitado hasta la extenuación, replicó el gol inicial de Gerard Moreno, uno de los grandes valores del grupo de Quique Sánchez Flores.

Gritaban y gritaban los aficionados del Espanyol, que soñaban con derribar al gigante azulgrana en un derby de armas tomar. El precedente de la Copa invitaba al optimismo en Cornellà-El Prat. El Espanyol, muy intenso e inteligente, resistía las embestidas de Messi y compañía tras el gol de Gerard. De repente, sin embargo, el coliseo blanquiazul se temió lo peor cuando el astro argentino botó una falta lateral. En el área, entre agarrones y empujones, emergió Piqué. Marcó e hizo callar a la grada. Su Barça esquivaba una derrota que hubiera sido anímicamente muy dolorosa. La Liga, salvo hecatombe histórica, ya tiene dueño.

El Barça acumula mucha tralla en 2018. Entre Liga y Copa, el equipo no ha tenido un respiro, a la espera de su regreso en la Champions. Ernesto Valverde, un técnico muy pragmático, no es partidario de grandes revoluciones, pero no le queda más remedio que dosificar a sus futbolistas. Y en Cornellà-El Prat dio un descanso a Leo Messi, la estrella azulgrana, el futbolista sobre el que gravita todo el fútbol del Barça, y prescindió también de sus lateral habituales, Sergi Roberto y Jordi Alba, profundos y resolutivos a partes iguales. Sí fue titular Gerard Piqué, destinatario de todo tipo de improperios por parte de la hinchada blanquiazul.

LA BUENA LECTURA DE QUIQUE 

El Espanyol, muy bien posicionado en el campo, cerró espacios y aguardó su oportunidad. Hasta dos tuvo Baptistao en la primera parte, mal resueltas por el delantero brasileño, mucho más combativo que de costumbre. Otro brasileño, Coutinho, pudo marcar para el Barça en un remate envenenado que repelió el travesaño. Poco más hizo el grupo azulgrana, que reclamó un penalti por un agarrón a Umtiti dentro del área blanquiazul. Los locales, por su parte, reclamaron una tarjeta a Piqué tras derribar a Baptistao.

El segundo acto fue mucho más intenso. El Espanyol lo dio todo y Quique leyó perfectamente las crencias del rival en su banda izquierda. La incorporación de Sergio García tuvo un efecto dinamizador para el grupo blanquiazul, que golpeó primero con un perfecto centro del delantero de Bon Pastor y un cabezazo de Gerard.

El Barça volvía a estar tocado. En un campo impracticable, el sentido común y el buen fútbol no bastaban. Messi y Sergi Roberto, en el campo antes del gol local, buscaban soluciones desesperadas, mientras Luis Suárez se peleaba con toda la defensa rival. Aguantaba el Espanyol, pero su resistencia numantina se desmoronó cuando Piqué interpretó perfectamente una falta lanzada por el astro argentino. El gol más doloroso para la hinchada perica lo marcó, precisamente, el futbolista que encendió un derby como los de antaño. Con muchos piques, adrenalina a tope y un reparto de puntos que no penaliza a nadie, aunque los espanyolistas perdieron una oportunidad histórica. Siguen sin ganar al Barça en Liga en su nuevo estadio.