El nacionalismo está muy preocupado por demostrar que Cataluña no es lo que hemos visto en Tarragona estos días. 

Imagino que para ellos Catalunya tampoco es la Barcelona del 8, 12 o 29 de octubre. Ni los miles de ciudadanos anónimos de tantos pueblos distintos  limpiando la mierda que otros dejan. Ni el resultado del 21D. Ni el aplauso del día 3 al discurso de Felipe. Ni por descontado la Barcelona del 92, llena de éxitos y banderas españolas. 

Se están rompiendo el coco para intentar descubrir quién y cómo ha repartido las entradas a los Juegos del Mediterráneo. No comprenden que hay una mayoría de catalanes que el día de la inauguración desde nuestras casas también estábamos pitando a presidenTorra (como diría Albert Soler) o aplaudiendo a Felipe VI

Pero los lacis necesitan creer que entre los 7 millones de catalanes que somos, una mano negra –y española– ha seleccionado con pinzas a los únicos 3.000 que tienen una secuencia genética no humana. Del mismo modo que en octubre una mano negra trajo a millones de manifestantes del Estado Opresor. 

¿De dónde coño han salido sino estos seres fachas que portan banderas de España y pitan al gran líder? (A ese que “tiene una capacidad intelectual y cultural innegable y quien diga lo contrario no sabe lo que dice”).

La respuesta es muy fácil, sobre todo debería serlo para alguien que ha sido beneficiado por la naturaleza con una genética de calidad indiscutible. 

Indepe, lacista, humano con forma de bestia, salen de tus calles, de tus barrios, de tus pueblos y ciudades. Son aquellos a quienes durante años has negado la existencia, los mismos que has ridiculizado durante décadas y los mismos que ahora han perdido el miedo y se han convertido en una verdadera molestia para gente como tú. Gente que necesita creer que el público de TV3 representa la realidad de un pueblo, y lo que vimos en octubre y ahora en Tarragona es una fallo del sistema que hay que eliminar.

Siento decirte, pesado del Mediterráneo, que no es un fallo del sistema. Lo que viste en televisión es el mismo anticuerpo que se cargará la infección que te ha hecho tan pesado y que hace que a algunos de los tuyos les posea de vez en cuando el demonio amarillo. De nada.