BSM es una de las empresas privadas gestionadas por el Ayuntamiento de Barcelona

BSM es una de las empresas privadas gestionadas por el Ayuntamiento de Barcelona

Información municipal

Los instrumentos que Colau no sabe manejar: 30 empresas, 13 Consorcios, 7 Fundaciones…

La alcaldesa tiene una compleja red de empresas y entes locales, pero la gestión es pésima

15 noviembre, 2018 16:48

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Las deficiencias en la gestión municipal de Barcelona que los últimos días ha puesto al descubierto la serie de artículos publicados por Metrópoli Abierta no dejan entrever la compleja organización administrativa y empresarial que el equipo de gobierno del Ayuntamiento tiene en sus manos. La alcaldesa, Ada Colau, tiene a su alcance una amplia trama de entidades que, en manos inexpertas, pueden convertirse en una bomba de relojería.

Esta red comprende una treintena de sociedades privadas municipales, seis empresas más en las que el Ayuntamiento es minoritario, cinco institutos municipales, ocho organismos autónomos (también calificados como Institutos), trece consorcios, siete fundaciones y dos asociaciones.

Las empresas privadas municipales más importantes son Barcelona de Serveis Municipals (BSM), Barcelona Activa, Barcelona Gestió Urbanística, Barcelona Cicle de l’Aigua, Informació i Comunicació de Barcelona, Barcelona d’Infraestructuras Municipals (BIMSA) y Foment de Ciutat. De ellas dependen luego un ramillete de otras empresas dedicadas a prestar diversos servicios. Por ejemplo, BSM controla el 100% del Parc d’Atraccions Tibidabo, el 100% de Cementiris de Barcelona, el 40% de Barcelona Aparcaments Municipals SA, el 58,64% de Tractament i Selecció de Residus, el 50,69% de Mercats de Proveïments de Barcelona o el 24,25% de Catalana Iniciatives CR, actualmente en liquidación.

Algunas de estas empresas, a su vez, participan en otras con diferentes porcentajes, como el Ecoparc del Mediterrani, Solucions Integrals, Districlima o Barcelona Regional, la compañía bajo sospecha a través de la que se desviaron fondos y que se encuentra inmersa en una investigación judicial.

EMPRESAS DE CAPITAL MINORITARIO

Al margen de estas compañías, el Ayuntamiento controla también el 25% de la sociedad Barcelona Sagrera Alta Velocitat SA; el 14,06% de BCN Emprén SCR, SA; el 22,96% de Fira 2000 SA; el 17,65% de Barcelona Regional AMDUI SA; el 5% de Port Fòrum Sant Adrià SL; y el 4,78% de Nauta Tech Invest III SCR. En realidad, el Ayuntamiento de Barcelona participa en régimen minoritario en un total de 20 sociedades. En la mayoría de ellas, la participación se materializa a través de las empresas privadas municipales, que son las que compran los paquetes accionariales de terceras compañías.

Al margen de las sociedades mercantiles (las empresas privadas municipales tienen titularidad pública pero son gestionadas como entidades privadas), Colau dispone también de ocho “organismos autónomos locales”: el Institut Barcelona Esports, Institut Municipal d’Educació, Institut Municipal d’Hisenda, Institut Municipal d’Informàtica, Institut Municipal de Mercats de Barcelona, Institut Municipal del Paisatge Urbà i la Qualitat de Vida, Institut Municipal de Persones amb Discapacitat e Institut Municipal de Serveis Socials. Estos entes tienen personalidad jurídica propia y autonomía de gestión. Se rigen por el derecho administrativo, en régimen de descentralización administrativa funcional y prestan funciones de gestión de servicios públicos.

Muy parecidos son las entidades públicas empresariales, pero que, en cambio, se rigen por el derecho privado excepto en el funcionamiento de sus órganos y a las que se les puede encomendar la gestión de servicios o la producción de bienes de interés público susceptibles de contraprestación. En ese apartado se ubican el Institut Municipal de Cultura de Barcelona (Icub), el Institut Municipal Fundació Mies Van der Rohe, el Institut Municipal de Parcs i Jardins, el Institut de l’Habitatge i Rehabilitació de Barcelona y el Institut Municipal d’Urbanisme.

LOS CONSORCIOS Y ASOCIACIONES

Respecto a los Consorcios, la Intervención General de la Administración del Estado adjudica al consistorio barcelonés un total de 11 organismos, entre ellos el del Mercat de les Flors, el de l’Agència Local de l’Energia de Barcelona, el de la Agència d’Ecologia Urbana de Barcelona, el del Besòs, el del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba), el de l’Auditori i l’Orquestra o el del Museu de Ciències Naturals. A ellos se han de añadir el Consorci Fira Internacional de Barcelona, adscrito al consistorio como sociedad no financiera, y el de Turisme de Barcelona, adscrito provisionalmente al Ayuntamiento. Los consorcios son organizaciones de derecho público entre entidades públicas y entidades sujetas a derecho privado.

Asimismo, el equipo municipal dispone de siete fundaciones, entre ellas la del Museu Picasso, la Fundació Barcelona Cultura, la Fundació Barcelona Mobile World Capital Foundation o la Fundación Privada Julio Muñoz Ramonet. Y, por último, disponen de dos asociaciones: la Associació Internacional de Ciutats Educadores y la Red de Juderías de España, Caminos de Sefarad.

Con todos estos instrumentos en sus manos, el equipo de gobierno ha de proceder a la gestión de los mismos. Dependiendo de ello, los resultados pueden ser excelentes o nefastos. Tanto en círculos cercanos a Barcelona en Comú (BeC) como desde la oposición se reconoce que la gestión no ha sido todo lo brillante que se pudiera esperar y que el equipo de Ada Colau ha pagado el precio de la inexperiencia en materia de gestión pública. “Es cierto que una parte de BeC, el que proviene de ICV, sí que tenía experiencia de gobierno, pero como fuerza minoritaria, ha estado sujeta a las directrices políticas de la fuerza mayoritaria dentro de esa formación, por lo que no pudo desarrollar su propia estrategia dentro de la Administración local, ya que las prioridades respecto a las anteriores legislatura cambiaron sustancialmente con la llegada de Colau”, admite una fuente cercana a los comunes.

Otra cosa es que, a la vista de la escasez de resultados, no se corrigiese a tiempo el rumbo de la gestión municipal. En ese caso, la responsabilidad de la gestión de estos ingentes recursos es única y exclusivamente de la cúpula municipal.