Ada Colau y Femke Halsema, alcaldesa de Amsterdam /EP

Ada Colau y Femke Halsema, alcaldesa de Amsterdam /EP

Información municipal

Colau se abraza con la alcaldesa de Amsterdam, pero rechaza sus políticas

La alcaldesa reactiva el plan de choque contra los apartamentos turísticos, mientras Amsterdam deja de aplicar multas a los propietarios privados

14 junio, 2022 00:00

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Una imagen potente: dos alcaldesas de dos grandes ciudades europeas que hacen frente a la especulación y al aumento del turismo descontrolado. Ese es el mensaje oficial, el de la alcaldesa Ada Colau, el que quería transmitir, junto a la alcaldesa de Amsterdam, Femke Halsema. Pero, ¿las dos ciudades llevan a cabo las mismas políticas? Colau cree que sí, y por eso se reunió con Halsema en el Ayuntamiento de Barcelona. La reunión sirvió para que Colau anunciara la recuperación de la actividad inspectora frente a los pisos turísticos. Pero en Amsterdam se ha rectificado en esa línea, y no impondrá multras por infringir normas de alquiler turístico, como señalaba el diario de la capital holandesa Het Parool. Lo contrario a lo que hace Colau en Barcelona.

“Se compartieron experiencias con el objeto de fomentar un turismo sostenible”, apuntó Colau, dando cuenta del encuentro. En el comunicado del Ayuntamiento había un punto en común: “Ambas ciudades llevan años trabajando conjuntamente y han impulsado medidas similares, como la regulación de la actividad hotelera en el centro o la lucha contra los pisos turísticos”. Es lo que ha reactivado ahora el equipo de Gobierno de Colau, con una normativa específica, que no compartía el PSC, pero que, finalmente, se sacó adelante.

En ese debate se produjo un hecho paradójico, y es que el Gremio de Hoteles apoyó a Colau, frente al PSC, por haber endurecido las condiciones en contra de los propietarios particulares que alquilan habitaciones. El argumento es que se trata de una práctica que desarrollan inversores profesionales y la ciudad “se degrada”, según fuentes de los hoteleros, con ese turismo “de habitación”.

TODO LO CONTRARIO A LO QUE HACE AMSTERDAM

En Amsterdam, sin embargo, se camina en el sentido contrario. El propio diario, principal en la ciudad, señalaba, con fecha 9 de junio, que se ha sabido modificar una práctica que perjudicaba a muchos propietarios particulares: “Tras un intenso debate en el Ayuntamiento de Ámsterdam, durante el cuál más de 20 anfitriones ejercieron su derecho a manifestarse contra el desproporcionado sistema de multas de alquiler turístico, el nuevo teniente de alcalde de Vivienda ha anunciado que, de momento, el Ayuntamiento no impondrá nuevas multas por infringir normas de alquiler turístico”.

La cruzada de Colau, que avalan los hoteleros, se mantiene y se busca cualquier indicio de posible fraude. Pero el propio equipo de la alcaldesa admite que son muy pocos casos los que son fraudulentos. En una primera inspección se han rastreado más de 21.000 anuncios en diversas plataformas digitales. Y se han detectado unos 360 pisos ilegales, principalmente en Airbnb. Es decir, 360 de 21.000 anuncios. Las sanciones que se contemplan oscilan entre los 3.000 y los 60.000 euros.

En Amsterdam han rectificado. Pero Colau quiso fotografiarse con su alcaldesa al señalar que practican la misma política.