Instalación de una cámara en la playa de Barcelona / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Instalación de una cámara en la playa de Barcelona / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Información municipal

Las cámaras de las playas costarán 65.000 euros a Barcelona

Dieciocho videosensores vigilarán durante cuatro meses que la arena del litoral no se masifique en la nueva normalidad

21 junio, 2020 00:00

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La instalación de cámaras para vigilar la entrada de usuarios a las playas de Barcelona ha costado a las arcas públicas municipales un total de 65.289,16 euros, un contrato que se llevó la compañía Telefónica Ingeniería de Seguridad el pasado 10 de junio. Amparándose en el decreto de alerta y en el mandato posterior de que los Ayuntamientos establezcan las limitaciones que consideren convenientes para controlar el aforo en las playas, el Ayuntamiento que preside Ada Colau ha previsto medidas para evitar la masificación del litoral que pueda facilitar la transmisión del coronavirus. Ésta es una de las medidas de control necesarias que las Administraciones han decretado para regular la nueva normalidad tras el fin del decreto de alarma.

Un informe realizado por el Instituto Municipal de Informática (IMI) y firmado por su gerente, Francisco Rodríguez, explica que las medidas para asegurar el control del aforo de las playas son dos: la estimación del número de personas mediante la observación de ciertos parámetros, y el conteo de personas en los puntos de acceso a la arena asegurando la inaccesibilidad desde otros puntos.

AFLUENCIA MASIVA ENTRE BARCELONETA Y BOGATELL

La solución de instalar cámaras de control, asegura el informe del IMI, tiene la ventaja de que “si se implanta correctamente, el aforo en un momento determinado es exacto. En cambio, la solución de estimación no da el valor real del aforo, sino un aproximado”. El propio texto resalta que las cámaras son necesarias para regular el acceso de gente, cuya afluencia es muy masiva entre las playas de la Barceloneta y Bogatell “dada su conexión con el transporte público y por su proximidad a las zonas turísticas de la ciudad”.

Se da la casualidad de que también advierte que si se instalan vallas que son fácilmente franqueables hace que las cámaras no sean tan efectivas, ya que se pueden colar usuarios y entonces hay que utilizar las técnicas de estimación. “En caso de que se hubiese escogido una solución de vallas infranqueables, las soluciones de cálculo de aforo mediante técnicas de conteo son mucho más potentes porque permiten hacerte una idea exacta de la situación de aforo en cada una de las playas”, dice el texto.

EN FAROLAS Y EDIFICIOS MUNICIPALES

Las características físicas de las playas barcelonesas requieren aproximadamente 18 videosensores, distribuidos entre las nueve playas del litoral, aunque en alguna harán falta tres de estos aparatos. “Estos videosensores estarían instalados en báculos de iluminación y edificios municipales, siempre que sea posible para simplificar su instalación y porque requieren de la mayor altura posible para captar toda la extensión de las playas”.

Se da la circunstancia de que las vallas implantadas son de bajo impacto visual y, por tanto, más permeables, lo que empuja a buscar soluciones de cálculo basadas en técnicas de estimación. “Dadas las conclusiones, se decide utilizar la técnica de estimación del aforo basada en videosensores”, subraya el informe. Así, los videosensores envían los datos a un servidor instalado en el IMI, para una vez procesadas las imágenes y haber contado usuarios, sean destruidas esas imágenes. Todas las comunicaciones van doblemente segurizadas, con envío de datos totalmente encriptados.

EN FUNCIONAMIENTO DURANTE 4 MESES

Los aparatos instalados captan secuencias en periodos “discretos de tiempo” que son enviadas para su tratamiento, “pero en ningún caso graban imágenes. El resultado del proceso es el registro del ratio de superficie ocupada entre la superficie total para conocer la cantidad de superficie disponible y calcular así el aforo disponible”.

En el informe justificativo de la contratación de emergencia, el consistorio señala que los técnicos se decidieron por los sensores ópticos “porque son sistemas que no requieren de la colaboración de las personas usuarias del espacio. Se trata de un conjunto de sensores que, mediante algoritmos de procesado de imágenes basadas en la visión artificial, estiman el aforo”. Los sensores de público estarán en funcionamiento durante los próximos cuatro meses. Si hay necesidad en otoño de mantener estas medidas, se determinará en su momento.

CASI 8.000 EUROS ADICIONALES

La instalación de los sensores costará al Ayuntamiento otros 7.948,49 euros adicionales, ya que es lo que cobrará la compañía Citelum Ibérica en colocar los sensores a lo largo del paseo Marítim de la Barceloneta. Esta contratación se formalizó el pasado día 10 de junio por el procedimiento de emergencia, dado que los aparatos debían estar instalados para cuando hubiese un cambio de fase.

Factura de la instalación de los sensores 1

Factura de la instalación de los sensores 1


Factura de la instalación de sensores 2

Factura de la instalación de sensores 2


Factura de la instalación de sensores / MA