Vía libre para que Cementiris suba las tasas de incineración

Cementiris de Barcelona ya tiene vía libre para subir las tasas de cremación. El consejo de administración de la empresa pública, dirigida por Jordi Valmaña y presidida por Eloi Badia, aprobó un nuevo criterio para validar los precios que deberá ser ratificado en las Ordenanzas Fiscales del próximo Pleno municipal que se celebrará en noviembre.

Cementiris podrá ingresar mucho más dinero a partir de 2019. El nuevo escenario coincide con el incremento del número de incineraciones en Barcelona, en detrimento de las inhumaciones. Hasta ahora, las tarifas se debatían dentro de las Ordenanzas Fiscales y requerían una mayoría del Pleno municipal para su aprobación. Es decir, precisaban de un mínimo consenso político.

APROBADAS POR DECRETO

La empresa municipal ha logrado que los precios de las incineraciones no se debatan más dentro de las Ordenanzas Fiscales. Cementiris quiere que las nuevas tarifas dependan de un precio privado y el gobierno municipal puede aprobarlas por decreto (como sucede con los centros cívicos, los pabellones polideportivos, algunos cursos, etcétera).

Con esta medida, el gobierno que lidera Ada Colau abre las puertas para que los precios se disparen en los próximos años (no está contemplado ningún incremento para 2019). Los comuns ya no necesitarán una mayoría política para cambiar las tasas, un escenario que, por ejemplo, ha sido denunciado por el PP.

REPUTACIÓN BAJO MÍNIMOS

La reputación de Cementiris de Barcelona y sus dirigentes está bajó mínimos desde que el 15 de septiembre de 2017 se hundieran 144 nichos en Montjuïc y la empresa municipal cometiera varias irregularidades en las horas posteriores. Las explicaciones de Valmaña y Badia, como denunció la Síndica de Barcelona (Maria Assumpció Vilà) han sido insuficientes y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ni tan siquiera se ha referido a este suceso. Ni se ha disculpado antes las familias afectadas ni ha expresado su preocupación en las redes sociales.

El derrumbe de Montjuïc fue atribuido a la falta de mantenimiento y de inversión de las instalaciones (las partidas más importantes se destinaron a las nuevas oficinas). Curiosamente, Cementiris ha acumulado un beneficio de 22 millones de euros en 11 años y las notas de gastos de su director general, Jordi Valmaña, son muy generosas.