Dos 'bicitaxis' esperando clientes en el Port Olímpic / GUILLEM ANDRÉS

Dos 'bicitaxis' esperando clientes en el Port Olímpic / GUILLEM ANDRÉS

El pulso de la ciudad

Prohibir o poner más límites: la oposición reclama a Colau una solución para los bicitaxis

ERC, Junts y Valents apuestan por la prohibición de los triciclos mientras que PP y Ciutadans prefieren una regulación más estricta

13 julio, 2022 00:00

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Los bicitaxis han desaparecido prácticamente de las calles de Barcelona. Hace tres semanas, a las puertas del verano, el gobierno de Ada Colau enviaba una comunicación a los cerca de 470 conductores registrados advirtiendo de sanciones y decomisos si carecían de licencia. Tras más de cinco años de permisividad, el anuncio cogió por sorpresa a los pilotos de los triciclos turísticos que respondieron con una oleada de instancias en el Ayuntamiento y una manifestación. Solicitan este permiso para seguir circulando y temen quedarse sin verano. Mientras, una parte de los grupos políticos de la oposición reclaman su prohibición definitiva en sintonía con el gobierno. Otras formaciones apuestan por su supervivencia, eso sí, limitando el número de licencias y con un mayor control.

ERC, el principal partido de la oposición, es partidario de la prohibición. "No aportan a la economía y tampoco al turismo", explica el regidor Max Zañartu, que deja en manos del consistorio el veto definitivo de los vehículos. "Tiene herramientas para hacerlo", insiste. El noviembre pasado, los independentistas alertaron de la presencia de bicitaxis en los alrededores del Park Güell. Preguntaron al distrito de Gràcia por qué lograban llegar hasta una zona tan alejada del centro. Era una llamada de atención para denunciar los incumplimientos de una parte del sector que vulnera sistemáticamente las rutas restringidas reservadas para estos vehículos, que solo pueden circular por Ciutat Vella.

VALENTS: "GENERA DESORDEN EN LA CIUDAD"

Valents también apuesta por prohibir. "No somos nada partidarios de este modelo de desplazamiento. Causa molestias al vecino, es caro y genera un desorden en la ciudad", comenta la presidenta de Valents, Eva Parera. La concejala muestra su "sorpresa" por la política del "ir tirando" del equipo de Colau en relación con esta actividad económica. "Cuando quieren regular aspectos en movilidad lo han hecho, pero en este caso se han movido en la alegalidad absoluta", describe Parera sobre un modelo que nunca se reguló del todo. 

Junts per Catalunya coincide con ERC y Valents en que la mejor solución es el veto total. La regidora Francina Vila apunta a la "dudosa seguridad" de unos triciclos vinculados a un turismo "sin valor añadido", a los riesgos de atropello que conllevan y denuncia la inacción del Ayuntamiento durante estos últimos años. "Durante mucho tiempo no se ha hecho nada excusándose en otras administraciones y en una norma superior", asegura. Celebra la reacción del gobierno exigiendo una  licencia, pero reprocha que llega "tarde". Para Francina, no obstante, antes de decidir sobre una prohibición Barcelona debe decidir su modelo de movilidad. 

RAMÍEZ (PP): "GENERAN UNA MALA IMAGEN"

Desde el PP, el regidor Óscar Ramírez también denuncia una "falta de regulación" durante los últimos años. Antes de la proliferación de estos vehículos, a partir del 2017 con la inclusión de estos vehículos en la nueva ordenanza de Movilidad, Ramírez recuerda que algunas de las primeras empresas realizaban un "servicio social" en sus viajes, en su mayoría concertados. La cifra de triciclos se disparó cuando el consistorio pasó a pedir solamente un registro para circular y, entonces, el modelo evolucionó y la ciudadanía lo percibió  como una especie de taxi a pedales.

"Se han desbordado y son usados por un turismo que no es adecuado. Infringen las normas de circulación, llevan la música alta... Generan una mala imagen para la ciudad", señala Ramírez que, no obstante, evita pedir la prohibición expresa de esta actividad. Apuesta porque se regule una "actividad concreta", recordando que la competencia para regular una actividad económica de transporte de viajes recae en la Generalitat. El Ayuntamiento, eso sí, debe "garantizar y facilitar la información" necesaria para los conductores.

Manifestación de los conductores de bicitaxis en la plaza de Sant Jaume de Barcelona / CEDIDA

Manifestación de los conductores de bicitaxis en la plaza de Sant Jaume de Barcelona / CEDIDA

 

QUEJAS DE LOS CONDUCTORES

El abogado Hasnat Mustafa asesora a diversos conductores pakistaníes, la nacionalidad predominante entre los pilotos, en el proceso de instancia dirigido al Ayuntamiento. Asegura que la administración tiene tres meses para responder las quejas y que pueden pasar tres meses para atender un recurso de amparo en caso de que la respuesta del consistorio deniegue la petición de licencia. Mustafa pone en duda la legalidad del escenario actual. "No existe ninguna norma que prohíba salir estos vehículos a la calle. Todo está en el aire", asegura. 

Desde la Barceloneta, los vecinos celebran que las calles estén despejadas de los vehículos a tres ruedas. Manel Martínez, vicepresidente de la entidad vecinal, cruza los dedos porque esta situación "aguante" todo el verano y pide a la Generalitat que se "ponga las pilas" para que prohíba este sector mediante una nueva ley. Desde la entidad alertan sobre el futuro de estos conductores y teme que se puedan dedicar a la venta ambulante de alcohol y droga. "Esto nos preocupa. A nosotros las personas que se dedicaban a esto no nos molestaba. Lo que nos preocupaba era el negocio y las actividades que podía generar. Son personas que están en situación irregular y bajo el brazo de una mafia", comenta la asociación de vecinos que entienden la prohibición de facto de los bicitaxis como una victoria por sus reivindicaciones constantes.

SIERRA (CS): "HAY QUE LIMITAR LAS LICENCIAS"

Quien tampoco es partidario de la prohibición es Ciudadanos. El regidor Paco Sierra reclama una persecución de las "actividades delictivas como el tráfico de drogas" que salpican a este sector, pero también se muestra preocupado por el futuro de las familias de los conductores, cuyos ingresos se han visto reducidos a cero de un día para el otro. "Hay que evitar la masificación, definir unas zonas concretas de circulación y limitar el número de licencias", apuesta Sierra.