La Puerta de Alcalá, uno de los iconos de Madrid / GUÍAS VIAJAR

La Puerta de Alcalá, uno de los iconos de Madrid / GUÍAS VIAJAR

Economía

El Covid-19 atenaza a los barceloneses residentes en Madrid

El confinamiento deja sin argumentos a los que pagan sus impuestos en la capital de España

6 abril, 2020 08:19

Noticias relacionadas

Los catalanes con rentas altas, barceloneses una buena parte de ellos, que han optado por tener la residencia fiscal en la Comunidad de Madrid han topado con el confinamiento por el estado de alarma. La pandemia y la consiguiente cuarentena forzosa están torpedeando los viajes de estos ciudadanos a la capital de España, lo que, sí o sí, tendrá efecto sobre el año fiscal de estas personas en 2020.

Todo esto viene a raíz de la idea percibida por una parte de la sociedad de que la región madrileña es mucho más amable que Cataluña en materia de impuestos sobre los grandes contribuyentes.

HACIENDA LES ESPERA

Crónica Global ha hablado con un fiscalista de Barcelona, que ha dado su punto de vista sobre la cuestión. "El ejercicio fiscal 2019 ya terminó y es ahora que los contribuyentes deben pasar cuentas con Hacienda. Lo que está en juego ahora mismo es el año fiscal 2020. Y claro, dónde lo pases afectará al cálculo tributario a un año vista", ha explicado.

Es decir, los barceloneses y catalanes con residencia fiscal en otra comunidad autónoma son víctimas directas de las restricciones en la libertad de movimientos. Eso es así porque según la Agencia Tributaria considera a estos ciudadanos con importantes ingresos residentes en Madrid solo si pasan más días al año en la capital del país y si disponen allí de su "centro de interés".

MÁS BENEFICIOS PARA LAS RENTAS ALTAS

"Para un catalán, ser residente fiscal en Madrid tiene beneficios clarísimos. El Impuesto de Patrimonio está bonificado al 100% en esta región. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es varios puntos inferior al que se paga en Cataluña", describe el letrado.

"Ello provoca que personas con patrimonio elevado o a los que rige el tipo máximo de IRPF les beneficie más ser residentes en Madrid que en Cataluña", avisa.

HAY QUE ACREDITARLO

Las ventajas fiscales son claras, pero hay obligaciones. La residencia fiscal debe acreditarse con al menos 183 días de permanencia anual (la mayoría del año) en la Comunidad de Madrid. "Directivos del sector bancario, de grupos financieros, trabajan en Madrid de lunes a jueves y el viernes, sábado y domingo lo pasan en Barcelona. Es un corto trayecto de AVE. Esta operativa les permite cumplir con Hacienda a rajatabla", describe el abogado barcelonés.

Con el confinamiento, esta idea de vecindad madrileña está en riesgo. "Afectará al ejercicio 2020, que se liquidará en 2021", alerta la misma fuente. La única solución viable para este sector de la ciudadanía pasa por una "mayor laxitud por parte de la administración en materia de cumplimiento de residencias fiscales. Y también por una campaña de la renta más dilatada. No tiene sentido que termine el 30 de junio", afirma.

MADRID, POLO DE ATRACCIÓN

En los últimos años, la Comunidad de Madrid ha atraído a grandes patrimonios y catalanes con rentas elevadas que huían de la presión fiscal catalana. Este éxodo lo ejemplificaron los hacendistas Julio López Laborda y Fernando Rodrigo en su trabajo Movilidad de los contribuyentes de rentas altas en respuesta a las diferencias regionales en los impuestos personales.

La investigación concluyó que casi la mitad (46%) de los movimientos de contribuyentes entre CC.AA procedían de Cataluña y Andalucía, dos de las autonomías con más presión fiscal. Tras la publicación de ese trabajo, de hecho, el territorio se hizo aún más competitivo con la Ley de Medidas fiscales de la Comunidad de Madrid de 2019, que alivió aún más la carga fiscal.

Eso sí, las ventajas fiscales de Madrid no son un sinónimo de que la puerta esté abierta de par en par a los aprovechados. La Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) abrió 46 expedientes por traslados fraudulentos de contribuyentes catalanes a otras comunidades o al exterior entre 2015 y 2018. El esfuerzo de la Hacienda catalana contra lo que el Govern tilda de dumping fiscal de otros territorios le llevó a recaudar 24 millones de euros tras la regularización de su situación por parte de estas personas físicas.