Imagen exterior de la entrada de la librería Cinemascope / TWITTER

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Gràcia

Cierra Cinemascope, la mítica tienda de cine en Gràcia

El inquilino lo aduce a un progresivo desinterés por el mundo del cine en los últimos tiempos en Barcelona

3 febrero, 2020 10:24

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La última tienda que queda en pie dedicada a la venta de artículos relacionados con el cine y su historia en Barcelona, Cinemascope, está a punto de decir adiós tras 25 años de existencia. Quien está al frente de ella, Joan Vall Karsunke, lo aduce a un progresivo desinterés por el mundo del cine en los últimos tiempos en la ciudad condal.

Este lugar, situado en el número 101 de la calle Torrent de l’Olla, en pleno barrio de Gràcia, bajará las persianas a finales de febrero, según ha confirmado el propio Vall.

PUNTO DE ENCUENTRO PARA LOS MÁS CINÉFILOS

Este sitio es la última tienda de la ciudad consagrada al placer cinéfilo, a la venta de viejos programas de mano, literatura sobre el séptimo arte, fotografías de actores y a los carteles de las películas, cuyos originales merecerían estar seguramente en un museo específico sobre esta cuestión. 

Cinemascope lleva un cuarto de siglo de sesión continua, aunque ha cambiado varias veces de ubicación. Estuvo antes en la calle de Sepúlveda y después en la calle de la Perla. Ahora morirá en Torrent de l’Olla, en el mismo corazón de Gràcia.

CINEMASCOPE NO ES LA PRIMERA EN CERRAR

Hubo un tiempo en que este establecimiento tenía en Barcelona media docena de competidores: El Espectador, la Pantalla, Cinelandia…, pero, como ya antes ocurrió con las grandes salas de cine de Barcelona, estas tiendas optaron por el cierre.

A su manera y desde hace más o menos 10 años, Cinemascope estaba sola en Barcelona. La última tienda de cine viva. Al frente de ella ha estado siempre Joan Vall Karsunke. Desde hace unos meses, tomó la decisión de cerrar cuando termine este febrero bisiesto.

Según informa El Periódico de Catalunya, la causa por la que Vall cierra Cinemascope es que habría notado cierta desgana cinéfila, comparado con el auge por esta materia que había décadas atrás. “La gente ya no sabe quién era Greta Garbo”, afirma un resignado Vall.