Venta de libros en un quiosco cerrado

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Vivir en Barcelona

Ya no tenemos prensa

La crisis de la prensa en papel deja Barcelona casi sin lugares donde se venden revistas extranjeras

17 agosto, 2020 00:00

Los consumidores de prensa extranjera cada día lo tenemos peor en Barcelona. Ya sé que la crisis es general, que a las publicaciones de papel cada vez les queda menos tiempo de vida -hace poco palmó el mensual británico Q, dedicado a la música pop-, pero algunos echamos de menos aquellos lugares, bastante extendidos hasta hace unos años, en los que podíamos encontrar revistas inglesas, francesas o norteamericanas que no solían distribuirse en los quioscos, digamos, normales. Durante mucho tiempo disfruté en la esquina de casa (Mallorca con Rambla de Catalunya) de un quiosco al que llegaban puntualmente todas las publicaciones a las que estaba enganchado: Mojo, Uncut, Rolling Stone, Les Inrockuptibles, Vanity Fair, The New Yorker….Un buen día, el quiosco chapó por falta de clientes y ahora hay una tienda de chocolates Lindt.

También desapareció la librería Collector, en Pau Claris, anterior incluso al quiosco recién citado. Y hace menos de un año la diñó una estupenda tienda de revistas que había en la Rambla y a la que valía la pena acercarse de vez en cuando, pues su surtido era tal que a veces descubrías revistas nuevas. El último quiosco interesante en desaparecer ha sido el de la FNAC Triangle, en la calle Vergara. Un día de finales de julio me acerqué a ver qué pillaba y me encontré con que las revistas habían cedido su espacio a lo que me parecieron manuales de inglés para niños, aunque no podría asegurarlo. Cuando pregunté a un dependiente dónde estaba el quiosco, me respondió que en ninguna parte. “Ya no tenemos prensa”, fue su lacónica explicación.

Cuando vuelva a Barcelona de mis seudo vacaciones, voy a tener que ir pillando las revistas extranjeras donde pueda, que cada vez son menos sitios: algún quiosco del paseo de Gràcia, donde parece que más que expuestas estén escondidas; nada de llegar a un sitio en el que poder quedarse quince o veinte minutos recogiendo el material acostumbrado y descubriendo, tal vez, nuevas propuestas periodísticas…Tampoco sé a quién echarle la culpa. ¿No hay suficientes lectores en Barcelona para publicaciones en lenguas extranjeras? ¿O no los hay para ningún tipo de publicación, dejando aparte el idioma en el que estén escritas o la temática que aborden? Ya me he fijado en que no hay nadie de menos de cincuenta años que compre un periódico, y todo parece indicar que el futuro de la prensa de papel es incierto, por usar un término suave o, directamente, un eufemismo, ya que igual de incierto no tiene nada el papel porque lo que de verdad no tiene es futuro.

A Gianni Versace lo mataron cuando venía de hacer la compra en un quiosco de Miami especializado en el tipo de prensa que a uno le gusta consumir. Si alguien quiere quitarme de en medio en circunstancias parecidas -no sé por qué, pero hay gente para todo-, me encontrará con las manos vacías.