Fachada de Vil·la Joana, la última morada de Mossen Cinto Verdaguer / INMA SANTOS

Fachada de Vil·la Joana, la última morada de Mossen Cinto Verdaguer / INMA SANTOS

Vivir en Barcelona

La última morada de Mossen Cinto Verdaguer

El máximo exponente de la 'Renaixença' murió el 10 de junio de 1902 en esta antigua masía que la familia Miralles compró y habilitó como residencia en el siglo XIX

12 junio, 2022 00:00

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Desde la terraza de la cafetería del Centre d’Informació de Collserola se dibuja muy cerca el perfil de una antigua masía de Vallvidrera de aspecto imponente que, al abrigo del parque natural, ha sobrevivido al paso del tiempo: Vil·la Joana. En 2014 y 2015, la casa fue objeto de una intervención arqueológica durante unas obras de rehabilitación. Dicha intervención concluyó que, pese al posible sustrato bajo medieval (siglo XV) y estar documentada desde el siglo XVI, el edificio corresponde a una antigua masía del siglo XVII, aunque no adquirió su aspecto actual hasta la segunda mitad del siglo XIX.

Inscripción de la masía Vil·la Joana, donde vivió su último año Mossen Cinto Verdaguer / INMA SANTOS

Inscripción de la masía Vil·la Joana, donde vivió su último año Mossen Cinto Verdaguer / INMA SANTOS

HOGAR DE VERDAGUER DURANTE SU ÚLTIMO AÑO DE VIDA

Fue entonces cuando la familia Miralles adquirió la propiedad, la reformó completamente para convertirla en su residencia y darle el nombre por el que hoy se la conoce. “Quinta Joana” puede leerse en el reloj de sol que preside la fachada principal, un elemento muy característico de las masías catalanas. La enorme casona consta de planta baja y dos pisos con una cubierta a dos aguas, sobre la que se alza un pequeño campanario. Una torre mirador corona la estructura, en la que destacan las galerías laterales añadidas durante la reforma al cuerpo original de la masía.

Sin embargo, esta popular masía no destaca por su arquitectura (es de estilo neoclásico, por cierto), sino por ser la última morada de Jacint Verdaguer. Su ubicación en plena naturaleza y el hecho de que el propietario fuera Ramon Miralles, su gran amigo, llevó al poeta, aquejado de tuberculosis, a escoger este lugar para pasar su último año de vida. Sí, el máximo exponente de la Renaixença catalana murió en Vil·la Joana el 10 de junio de 1902.

Reloj de sol en la masía Vil·la Joana / INMA SANTOS

Reloj de sol en la masía Vil·la Joana / INMA SANTOS

ESCUELA Y MUSEO

Tras su muerte, el Ayuntamiento de Barcelona compró la casa. Primero la transformó en una escuela puntera de educación especial. El proyecto de las Escoles Vilajoana incluía una parte pedagógica –una escuela para discapacitados, invidentes y personas sordomudas– y una parte científica –un laboratorio general de estudios e investigaciones centrado en antropología, psiquiatría, psicología, fonología, óptica y otorrinolaringología–, que actuaba como centro director de la institución.

Con los años, y tras la reforma de 2014, se convirtió en la Casa Museo Verdaguer, integrada en la red de espacios patrimoniales del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA).

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