Jardín de la Tamarita / ENFO - CREATIVE COMMONS

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Vivir en Barcelona

El jardín de la Tamarita, el más escondido de Barcelona

Así es uno de los pulmones más importantes (y secretos) de la ciudad de Barcelona

29 septiembre, 2019 16:30

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El barrio de Sant Gervasi de Barcelona celebra uno de los mayores secretos que la Ciudad Condal guarda exclusivamente para los más conocedores de ella, El jardín de la Tamarita, ubicado en el paseo de Sant Gervasi, 47. Un oasis de paz que se encuentra situado muy próximo al bullicio de los cientos de coches que recorren cada hora las transitadas arterias próximas a la zona, especialmente en los momentos clave del día. 

Además de su ubicación, uno de los grandes secretos que acoge este pequeño jardín es la cantidad de biodiversidad que concentra. Y es que en su interior podremos encontrar desde laureles hasta cipreses, pasando por alheñas y pitósporos que convierten a esta zona en una de las más ricas. Además es un objeto de estudio por parte de la ciencia de la biología.

UNA FINCA DE DOS HECTÁREAS

Inicialmente, estos jardines pertenecían a la familia Craywinckel, una familia aristócrata belga asentada en Barcelona durante el siglo XVII. Sin embargo, desde entonces han sido muchas las formas que ha adoptado, gracias a las numerosas reformas que ha sufrido esta ubicación. No obstante, su punto de inflexión fue la Guerra Civil. Tras ella, toda esta zona quedó completamente olvidada y sus jardines se convirtieron en uno de los mayores secretos que guardaba la ciudad de Barcelona. 

Actualmente, el parque abre sus puertas todos los días del año, en un horario que varía según la estación. Además, actúa como la sede de la Fundación Blanquerna de la Universidad Ramón Llull. 

JARDÍN PRIVADO COMO PATRIMONIO PÚBLICO

Tal y como recoge la propia web del Ayuntamiento de Barcelona, los jardines de la Tamarita son el claro ejemplo de cómo un jardín privado ha ido adaptándose hasta convertirse en parte del patrimonio público de una ciudad, en este caso Barcelona.

Además, también forma parte de la historia viva del urbanismo de la ciudad. Cuando los antiguos burgueses ordenaban construir jardines alrededor de sus viviendas mediante los que pretendían demostrar al resto de sus vecinos su poderío y estatus económico.