Helena Torras (Barcelona, 1975) es managing partner de PaoCapital, empresa de venture capital especializada en la inversión en startups en fases iniciales. Es emprendedora en serie, miembro de los consejos de administración y consejos asesores de startups como Ducksboard o Marfeel. Y es una voz, al margen de todos sus compromisos profesionales, que se hace oír fuerte en Barcelona y en sus instituciones. Torras, licenciada en Dirección y Administración de Empresas y MBA por Esade y Mac Gill University, inició su carrera profesional en el mundo de los servicios empresariales como auditora y consultora estratégica, y tiene claro que lo más importante es mostrar y defender una actitud positiva, “emprendedora”, con la que se pueden superar todas las dificultades. En una reunión reciente en Barcelona Activa, con el teniente de alcalde Jaume Collboni, junto a más de una decena de startups, Torras lo señaló con claridad: la ampliación del aeropuerto de El Prat es “necesaria”, y abogó por “compatibilizar” la infraestructura con las exigencias medioambientales. En esta entrevista con Metrópoli Abierta, en el Círculo Ecuestre –es miembro del consejo asesor—Torras transmite entusiasmo. Habla alto, con elocuencia, enamorada de Barcelona. Y constata: “Barcelona tienen que decir sí a todo”.

¿Qué labor realiza al frente de PaoCapital?

Es la sociedad que puse en marcha hace once años para canalizar las inversiones, los distintos roles en los consejos de administración y para conectar el mundo corporativo con la economía productiva. La misión es favorecer la innovación, que llega cuando la gente es heterogénea. Cuando veo una startup que se ha formado con dos o tres personas que se han conocido en el mismo sitio, con los mismos referentes, digo: mal, ya comenzamos mal. Debemos buscar encajes distintos, con visiones diferentes.

¿Canaliza esas inversiones, también respecto al papel que ejerce en ese mundo la mujer. ¿Cómo?

Lo hacemos a través de WeRock Capital, un grupo de mujeres que promueve que haya más mujeres inversoras y más innovadoras y emprendedoras. Y lo que hacemos es conectarlas con el mundo corporativo. Esas empresas pertenecen al mundo tradicional. Lo que hacemos es invertir en las fases iniciales de las startups que se ponen en marcha. E intentamos que crezcan. En mi caso, además, también estoy relacionada con un fondo en Austria que invierte en Digital Health, debido a mi experiencia en ese sector. Se trata de B-wom, especializada en el cuidado de la salud íntima de la mujer.

¿Promueven, por tanto, esa mayor participación de la mujer, como realiza también Level 20?

Sí, empecé en 2007 como business angel y en 2009 como emprendedora. En ese momento era de las únicas mujeres relacionadas con ese mundo. Me sentía muy sola, y no me gustaba. Empecé a conocer a otras mujeres y en doce años debemos decir que la situación ha cambiado por completo. En WeRock capital hemos realizado una ingente labor. Nos decían que no íbamos a encontrar proyectos dirigidos por mujeres. Pero hemos pasado de recibir unos 17 por trimestre a más de 45. Es cierto que cuando esas empresas ganan dimensión, se estrecha esa presencia femenina. Y a eso debemos ayudar ahora. Se necesitan más mujeres en el venture capital, y vamos a intentar superar pantallas, una detrás de otra.

¿En venture capital?

Sí, el venture capital lo diferenciamos del capital riesgo, que es el gran paraguas de las inversiones. El primero invierte en fases iniciales, para ver, de hecho, si aquella inversión tendrá o no sentido. Estás innovando, porque todavía no sabes la capacidad real del proyecto. Pero de lo que se trata, en nuestro caso, es de conseguir un mix, entre mujeres y hombres, con puntos de vista distintos, que puedan conseguir un gran proyecto. Y luego dependerá de la naturaleza de ese proyecto. Entiendo que para un hombre no sea tan interesante o no muestre tanta empatía como una mujer como ese proyecto sobre la salud íntima de la mujer, de B-wom

¿Dónde está Barcelona en ese ecosistema, tanto respecto a las inversiones como a los proyectos de empresas tecnológicas?

Dinero hay mucho. El dinero circula en abundancia. Pero también es verdad que, a veces, se destina a los mismos sitios. En caso del venture capital, por cada 100 proyectos en los que inviertes, sale bien uno de ellos. Por muchos inversores que haya, nunca habrá suficientes como proyectos. Pero debemos decir que la capacidad de innovación en Barcelona es espectacular. Es un buen sitio para empezar y lanzar, para crecer y expandirte. No solo para las empresas locales que nacen aquí, sino para las que llegan a Barcelona. Hay talento y la ubicación de la ciudad es excelente.

¿Qué bases tiene Barcelona para haber alcanzado esa posición?

Creo que no se reconoce lo suficiente el papel que ha realizado Barcelona Activa. Lleva más de 20 años realizando una labor enorme. Empezó con una incubadora de startups, pero esa semilla es muy fuerte. Luego se debe recordar que la propia ciudad tiene ese ADN emprendedor. Tiene una sociedad civil fuerte, un mapa científico poderoso, escuelas de negocio y muchos otros factores. Es un tejido empresarial que enlaza con el pasado de la ciudad, que se ha transformado de ser una ciudad industrial a una urbe tecnológica.

Detalle de las manos de Helena Torras durante la entrevista en el Círculo Ecuestre / LENA PRIETO

¿Se puede establecer esa conexión, de industrial a tecnológica, para señalar que se trata de la misma capacidad económica?

Es la nueva revolución industrial, que ahora es tecnológica. Durará lo que dure, porque ahora los periodos son más cortos. Pero la tecnología está aquí. Vamos a vivir con tecnología. Nadie duda de ello. Por eso creo que es importante considerar que el mundo corporativo y el digital no pueden estar separados. Estamos hablando de lo mismo, teniendo claro que la tecnología no es un fin en sí mismo. Es un medio para conseguir aquello que has trazado. Las empresas, por tanto, deben saber primero qué quieren y cómo quieren alcanzarlo.

 ¿Falta talento en Barcelona, se necesita más y no viene?

Siempre falta talento. El 26% del talento que tenemos es internacional, con una cultura diversa. Falta, como en todo el mundo, porque Barcelona no es única en ese aspecto, el talento de los programadores. Pero hay iniciativas como la de la Fundación Telefónica, el llamado proyecto 42, que incide en esa formación de programadores. También faltan especialistas para sacar a bolsa a esas empresas que lo necesitan. Pero si se pregunta si Barcelona es un buen emplazamiento para establecerse, tengo claro que la respuesta es: Sí, sin duda, y si necesitas ese talento digital, será fácil traerlo aquí, porque la gente quiere venir a trabajar a Barcelona. 

Helena Torras , managing partner de PaoCapital, posa para Metrópoli Abierta / LENA PRIETO

Barcelona no es Londres, ni lo podrá ser, por dimensión. ¿Juega a su favor ese tamaño menor, y el hecho, por tanto, de que es una ciudad mucho más asequible en todos los aspectos?

Hay un hecho principal, y es que es una ciudad auténtica. No tenemos por qué ser el Londres del sur de Europa o el Silicon Valley de Europa. Tenemos un ADN concreto y debemos inspirarnos en otras ciudades, pero manteniendo nuestra realidad. El paso, sin embargo, que se debe hacer es abarcar una realidad metropolitana, una región metropolitana, que abarque todo el espacio que rodea a la ciudad. Nuestra población internacional vive, por ejemplo, en localidades como Sitges. Y esa realidad más grande influirá en los precios, con lo que se podrá vivir de forma más asequible que si se concentra todo en la ciudad. Por ejemplo, he estado esta semana en Lleida, y no me ha supuesto mucho más de una hora y 40 minutos. Tenemos a nuestra disposición un espacio para vivir y para trabajar.

¿Hay que relativizar la idea de que Barcelona ha ido perdiendo peso, entonces?

Tendemos a expresar lo que no nos gusta y a no felicitar lo que gusta. Pero hagamos una lista de lo que funciona, y busquemos un equilibrio. Qué es ahora urgente. Y lo que yo veo es que debe mejorar el acceso a la ciudad, hablar como decía de región metropolitana, y buscar con ello soluciones a la mejora del medio ambiente o al acceso a la vivienda.

¿Está a la altura la administración local y el resto de administraciones?

Creo que tienen presente lo que sucede, pero me parece muy necesario, urgente diría, trabajar por el consenso, para que sea una ciudad líder.

Usted se ha caracterizado por su claridad respecto al aeropuerto, por ejemplo, en esa reunión en Barcelona Activa con el teniente de alcalde Jaume Collboni. ¿Es urgente la ampliación de El Prat?

Si estamos de acuerdo en que el aeropuerto comportará prosperidad y progreso para todos, vayamos a ello. Somos conscientes, y el mundo tecnológico el primero, que la sostenibilidad es clave, pero, ¿qué alternativas tenemos?, ¿qué se puede hacer para minimizar ese impacto medioambiental? Que se haga, pero desde una posición activa, clara, rotunda.

¿Qué supondría para Barcelona la posibilidad de vuelos transnacionales directos?

Sería dar un salto brutal. Se abriría el establecimiento de grandes corporaciones en Barcelona, como hub en Europa. Quedan muchas grandes compañías por asentarse en Europa. Y no quieren que sus directivos estén varios días viajando, quieren que lleguen lo antes posible a sus destinos. En Boston han logrado ese cambio y era una ciudad con menos vuelos que Barcelona. Son un polo en biotecnología, un hub internacional. No podemos prescindir de ese potencial si queremos ser líderes.

La sociedad civil, ¿puede incidir con una mayor fuerza en esos debates?

Hay comunicación y voluntad de escuchar. Y eso es importante. Hay iniciativas público-privadas y muchos proyectos en marcha. Cuando hay un problema nos arremangamos. Y creo que el enfrentamiento nunca funciona en ninguna negociación. Lo que funciona es el consenso.

La alcaldesa Colau dijo que las tecnológica no le pedían la ampliación del aeropuerto, pero ustedes la desmintieron.

Sí, porque consideramos que el aeropuerto sería un factor multiplicador. Pero no buscamos un enfrentamiento político. Las voces han llegado, a través de Tech City y de grandes corporaciones del sector. Es cierto, y lo reitero, que tampoco queremos esa ampliación a cualquier precio.

¿Cree que se debe producir un salto en la representación económica en la ciudad?

La conexión entre las distintas empresas es necesaria. Cuando se habla del sector económico se engloba todo. Pero es verdad que sería bueno una representación mixta mayor. Los intereses entre las corporaciones más clásicas y las tecnológicas no son tan diferentes. Son los mismos: crecer, tener talento, pocas trabas regulatorias, pocos impuestos…Entonces, ¿por qué lo pedimos de forma separada?

Hay una sensación de que las tecnológicas van a lo suyo, que les va bien, y van por su cuenta.

Creo que no es así. En el Círculo de Economía, en Foment del Treball, en entidades como Global LegalTech Hub, existe esa representación mixta. Hay empresas tecnológicas en sus juntas directivas. Se puede avanzar más claro. Y hablar de forma conjunta.

¿Barcelona decadente?

Somos muy críticos con nuestra ciudad, pero todos sentimos el orgullo por Barcelona. Sigue siendo una marca muy fuerte en el extranjero. La conversación cambia de tono y es mucho más empática cuando dices que eres de Barcelona. Antes Barcelona era una ciudad atractiva, ahora es muy atractiva y es una ciudad con negocio. Los fondos de venture capital europeos se están instalando en Barcelona. Es una prueba de que la marca funciona. Microsoft ha instalado su centro de inteligencia artificial y hay noticias de ese tipo cada mes. Lo que pasa es que llevábamos ventaja y ahora en la carrera por lo tecnológico se han sumado muchas ciudades, que se han puesto las pilas. Ahora estamos todas más igualadas y por eso es necesario seguir avanzando.

¿Qué debe hacer el poder público, entonces, cómo debe responder la ciudad?

Barcelona debe decir sí a todo. La colaboración público-privada existe, pero se debe incidir en ello. También debe reaccionar el sector privado. Y luego hay otros factores, el tema regulatorio, los beneficios fiscales, Patrimonio, todo son cosas que pueden sumar.

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