David Solans en 'A cada Rey su merecido'

David Solans en 'A cada Rey su merecido'

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David Solans: “Tengo una manera de ver el mundo un poco oscura”

Tras su paso por 'Merlí', el actor ha debutado en los escenarios con 'A cada Rey su merecido' mientras continúa explorando el terreno audiovisual

15 febrero, 2017 19:06

Después de su paso por la exitosa producción catalana 'Merlí', David Solans se ha iniciado en el terreno teatral con 'A cada Rey su merecido', un alegato pacifista que indaga en el sinsentido de las guerras fratricidas. Y además de haber debutado en los escenarios, el actor está sumergido en el guión de la que será su primera incursión en la dirección cinematográfica. Eso sí, Solans aún no puede confirmar que no lo volvamos a ver sentado en el pupitre del Institut Ángel Guimerà junto al resto de 'peripatètics'. 

Su experiencia en el mundo de la interpretación empieza con un cásting para un papel en 'Hijos de Caín' (hijo de José Coronado) al que se presenta con pocas esperanzas.

Sí, yo era -y soy- muy aficionado al mundo audiovisual y al cine. Al ver que se hacía este cásting les pedí a mis padres que me llevaran para ver el ambiente que se respiraba en un rodaje, pero la cosa tiró para delante y me hicieron una prueba. De ahí, pasé a una segunda, y al final me dijeron que encaba en el perfil por la química que había con el resto del equipo. Y ahí descubrí el mundo de la interpretación.

-En cierto modo, su trayectoria parece ir en sentido contrario a la norma: empieza con el cine, pasa a la televisión y ahora aterriza en el teatro con 'A cada Rey su merecido'.

Es cierto que, en su momento, las circunstancias me llevaron a pasar del cine, que es lo que más me gusta, ya sea como actor o como técnico, y cada vez me he ido acercando más a la interpretación a la televisión, y ahora me han llevado a iniciarme en el teatro. Pero creo que ha sido una trayectoria lógica. En el escenario no se pueden hacer trampas, por lo que el reto es mucho más difícil. Creo que las experiencias anteriores me han servido para ir cogiendo las herramientas para poder llegar al teatro.

-¿Y cómo se ha sentido al enfrentarse cara a cara al público?

Es muy divertido. Claro que cada persona se lo toma de una forma diferente. Por mi papel, a la hora de actuar no tenía una interacción directa con el público, pero siempre está ese feedback al final de la función que te deja ver qué viaje ha hecho el espectador contigo y qué repercusión ha tenido tu actuación. Además, es agradecido ver sobre la marcha qué funciona y qué no mediante las reacciones del público. Creo que el teatro te permite ir perfeccionando tu trabajo y el propio texto con cada actuación. En esto el cine es muy diferente, porque no tienes la misma oportunidad de ir puliendo la actuación.

-'A cada Rey su merecido', escrita por Fèlix Hèrzog, sube a escena la visión de una generación como la suya a la que parece que las guerras fratricidas le quedan lejos.

Sí. La obra va más allá de posicionarse en un bando o en otro y en el ámbito político es bastante neutra, pero permite ver las consecuencia directas que tiene una guerra a pequeña escala. Es un alegato pacifista, un “no a la guerra” en mayúsculas. Y lo hace mediante un ejemplo familiar, por lo que creo que es más cercano al espectador y conecta con él porque puede verse reflejado en las situaciones que muestra.

-Es la prueba de que hay vida más allá de 'Merlí'. ¿Ha sentido que lo encasillaban después de la serie?

No, para nada. Como mínimo, nunca a gran escala o como un obstáculo. Hemos hecho una faena que es pública y nos ha traído cosas buenas, pero también ciertas limitaciones, aunque creo que se hacen más presentes en el ámbito del día a día, pero a efectos profesionales no tanto. Trabajar en las grandes cadenas también es una faena bastante humilde y acabas conociendo a gente del sector y te relacionas de forma muy cercana. Como mínimo, en Catalunya esta no es una etiqueta que me pueda perjudicar. Es cierto que los medios tienen una perspectiva de nuestra persona por lo que han visto y a veces te da gusto hacer una cosa diferente para demostrar que sirves para otras cosas, pero no lo haces desde la frustración,desde el querer deshacerte de esta etiqueta.

-¿Y ahora qué?, ¿seguirá explorando el teatro o lo volveremos a ver en la televisión catalana?

Ahora estoy iniciando proyectos personales ligados con el mundo audiovisual y la dramaturgia y me mantengo a la espera de ver qué pasa, pero me las dos cosas me vienen de gusto. Creo que no son mundos incompatibles. Aunque sinceramente aún no puedo hablar de planes de futuro.

-¿En qué consisten estos proyectos personales?

Es una película a la que llevo dándole vueltas desde hace tiempo y ahora finalmente estoy empezando a escribir el guión, y también una obra de teatro. Pero de momento estamos trabajando en el texto, seguimos en la primera fase. Estoy en una etapa de aprendizaje y estoy inmerso en varios proyectos, de hecho ahora mismo estoy trabajando de técnico de sonido también.

-En parte, su carrera como actor truncó sus planes de estudiar cine. ¿Es algo que tiene pendiente o siente que le ha ofrecido la oportunidad de descubrir el mundo audiovisual desde otra perspectiva?

El tema de los estudios es algo que hace tiempo que tengo pendiente, algo que lleva tiempo ahí en el cajón. Pero tengo muchos amigos que estudian cine e intento ver tantas películas como puedo y estoy haciendo un autoprendizaje en casa con libros, charlas, documentales... Creo que hay muchas formas de aprender, a mí se me da bien hacerlo con mi propio ritmo y tengo la suerte de que puedo asistir a rodajes y ver cómo funcionan desde ir. Porque en el fondo, para aprender de cine lo que tienes que hacer es rodar y rodar.

-Sus personajes comparten un lado un poco oscuro, o al menos una cara oculta que no se atreven a mostrar.

Si coges un texto de un personaje que no se ha hecho nunca y se lo das a diferente personas, cada uno lo entenderá de una manera en función de su forma de procesar el mundo. Tengo una manera de ver el mundo un poco oscura, o quizá enigmática, y mis personajes se tiñen de este color. Si los hubiese hecho alguien que fuera más cómico, seguramente harían más gracia. Todos los personajes que he interpretado me han gustado y lo que me gusta es que estén vivos más allá de lo que se dice en el texto.