Un anciano visita a su mujer con Alzheimer en una residencia / ARCHIVO

Un anciano visita a su mujer con Alzheimer en una residencia / ARCHIVO

Vivir en Barcelona

La conmovedora historia de un anciano que visita a su mujer con Alzheimer a través de una ventana

Xavier se sienta frente a su mujer y, a través de una ventana, le hace muecas y payasadas para hacerle pasar un buen rato

26 abril, 2021 16:39

Noticias relacionadas

Xavier, un hombre de 90 años, acude cada mañana el número 75 de la calle del Ripollès, en el barrio del Camp de l'Arpa del Clot, para sentarse frente a la residencia de su mujer con tal de hacerle compañía. 

Como si se tratara de la película El Diario de Noa, este hombre tuvo que ingresar a su esposa, Carmen, de 92 años enferma de Alzheimer, en un centro para personas de la tercera edad. Desde que se restringieron las visitas por la pandemia, y debido a las dificultades para caminar de la mujer, su marido se propuso visitarla a diario, aunque fuera desde la ventana

UN AMOR INDESTRUCTIBLE

Cada mañana, las trabajadoras de la residencia le sacan un taburete y Xavier se sienta frente a su mujer y le hace gestos, muecas y todo tipo de payasadas con el objetivo de hacerle pasar un buen rato. La devoción de este anciano por su mujer llega a tal punto que, incluso cuando llueve, sigue acudiendo a su cita. 

La conmovedora historia fue publicada por El Diari de la Sanitat y The New York Times se hizo eco poniendo en la portada digital a los dos ancianos, convirtiéndolos en un fenómeno viral. Xavier explicó a TV3 que su intención no era hacerse famoso, sino hacer feliz a su mujer: "le hago tonterías. Le muevo los ojos, las orejas, la nariz. Ella a veces se ríe. Entonces me siento satisfecho", explicaba el romántico marido. 

EL ALZHEIMER LLEGÓ A SUS VIDAS

La historia de esta tierna pareja comenzó en Huesca, donde se conocieron en una fiesta mayor. Ella veraneaba allí y él iba como trompetista. Entre los dos se produjo un flechazo que los unió para siempre. La pareja tuvo dos hijos y una vida feliz y completa, hasta que, hace unos años, Carmen tuvo un ictus que desencadenó en el Alzheimer que la ha sentenciado hasta ahora. 

Lejos de lamentarse, su esposo la cuidó y se adaptó a sus necesidades, hasta que no tuvo más remedio que ingresarla en una residencia. Carmen vive desde hace tres años en el centro sanitario del Clot y ni la pandemia ni las restricciones han logrado que su marido se desvincule de ella.