Fachada de Can Llansà: un recuerdo carlista en Sarrià / INMA SANTOS

Fachada de Can Llansà: un recuerdo carlista en Sarrià / INMA SANTOS

Vivir en Barcelona

Can Llansà: un recuerdo carlista

Esta casa señorial del siglo XVIII, con su decoración ochocentista y su reloj de sol, acoge desde 1888 una sucursal de la pastelería que perteneció a la familia de J.V.

15 agosto, 2022 00:00

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Pregunta de Trivial: ¿Cuál fue la primera casa de Sarrià que tuvo plato de ducha? Pues… Can Llansà. O eso dicen por ahí. ¿Que no sabéis de qué casa os hablo? Seguro que sí, se encuentra en el número 12 de la plaza de Sarrià, hace esquina, y su planta baja está ocupada desde 1888 por una sucursal de la pastelería Foix, ubicada en la calle Major de Sarrià, y que perteneció a la familia del poeta J.V. Foix.

Can Llansà es una enorme casa señorial esquinera del siglo XVIII de planta baja y dos pisos, que también fue conocida con el nombre de Can Feu. Las aperturas están enmarcadas con sillares y en el dintel del portal aún conserva un escudo nobiliario. Pese al paso del tiempo, la casa mantiene la decoración original ochocentista con esgrafiados y motivos geométricos en las fachadas. En la pared que da a la iglesia de Sant Vicenç, destaca el reloj de sol con la fecha de 1780 y 1998 (año de restauración de la casa), y a la altura del primer forjado, dos cabezas esculpidas.

LUCHAS POLÍTICAS ENTRE DOS FAMILIAS

Os propongo un viaje en el tiempo… Bajaos en la parada de 1850. Entonces, Sarrià era aún un microclima rural de 3.700 habitantes lejos de Barcelona (por poco tiempo). En aquel Sarrià vivía una clase baja, pero no de obreros, sino de campesinos y menestrales. De manera que los conflictos no eran entre obreros y señores, sino entre familias. En esa época, en concreto, las luchas políticas se canalizaban en torno a dos familias: los Margenat y los Llansà. Los primeros eran la cabeza visible de los burgueses liberales; los segundos, de los carlistas. Y las demás familias poderosas de Sarrià se alineaban con unos o con otros.

La existencia de esos dos bandos ideológicamente opuestos ha dejado una huella arquitectónica en el centro mismo del viejo Sarrià. Deteneos un momento en el centro de la plaza Sant Vicenç, mirando hacia la iglesia. Ahí, a vuestra izquierda, está la antigua masía que los Margenat convirtieron en una casa señorial de estilo historicista, a la moda de 1860 y 1870 en Barcelona y en Europa. Toda una simbólica declaración política. Como lo fue también por parte de los Llansà mantener la masía tradicional sin reformar. Sí, ahí, a vuestra derecha, justo al otro lado de la plaza.

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