Farmacia Guinart; viaje a finales del siglo XIX’

De repente, al llegar al número 306 de la calle Gran de Sant Andreu, se abre una puerta que lleva directa a finales del siglo XIX. “Farmacia Guinart”, puede leerse en los rótulos de la entrada, en letras azules sobre fondo amarillo, dentro de un motivo decorativo que imita un pergamino desenrollado y decorado con elementos vegetales y tiras perladas en azul y blanco. Los azulejos de cerámica esmaltada que componen estos dos mosaicos y los otros seis de la fachada son una copia de los originales, realizados hace 125 años por el obrador Xumetra, también en Sant Andreu.

Anselm Guinart i González llegó a Barcelona desde Sueca (Valencia) para estudiar la carrera de Farmacia, y aquí se quedó. El 15 de noviembre de 1896 inauguró su propia farmacia en un local ubicado en los bajos de la casa de la familia de su mujer. Desde entonces, ahí sigue su establecimiento; han pasado 125 años y tres generaciones de los Guitart.

ESTILO MODERNISTA

El establecimiento, de estilo modernista, conserva muchos de sus elementos originales. Las puertas son de madera con decoraciones de hierro forjado y la parte baja, ahora de madera, era antiguamente de mármol ribeteado en negro. Cerámica, madera y hierro forjado son los tres materiales básicos que se combinan en la fachada. El dintel se apoya sobre tres ménsulas de hierro forjado y, en la central, destaca un farol también de hierro forjado con vidrios emplomados de colores, como los dos cuadros de vidrios que decoran la parte superior de las puertas.

El interior conserva el mobiliario original. El mostrador es de madera con el sobre de mármol con plafones moldurados en la parte frontal. Un mueble con estantes adosados cubre las paredes donde, entre las cajas de medicamentos y productos más actuales, destacan algunos recipientes de cerámica originales.

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