Una recreación de la conversación del profesor con la alumna por Whatsapp | MA

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Sucesos

A la cárcel un profesor por acosar sexualmente a una alumna de 12 años

El hombre de 33 años estaba preparando el terreno para el “ulterior abuso”

5 septiembre, 2018 17:40

La Audiencia de Barcelona ha condenado este miércoles a cuatro años de cárcel a un profesor por acosar sexualmente a una alumna de 12 años. Tal como ha dictado la sentencia, involucró a la joven en "una relación de dominación de alto carácter sexual” y además le subió inmerecidamente las notas y trató de aislarla de su entorno para intercambiar mensajes y fotos de contenido sexual.

En este sentido, la sección octava de la Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años de prisión por un delito de abuso sexual a Albert M.E., que tenía 33 años cuando en diciembre de 2014 empezó a cortejar a la alumna, hija de otra profesora de la misma escuela de Vic, con el fin de establecer un control emocional sobre la menor para "ir preparando el terreno para el ulterior abuso".

UNA RELACIÓN DE DOMINACIÓN

Según el tribunal, el condenado logró granjearse primero la confianza de la menor, que cursaba primero de ESO, "para poco a poco involucrarla en una relación de dominación de alto carácter sexual, en el que la menor resultó emocionalmente implicada, accediendo progresivamente a sus demandas", hasta el punto de que después de que se descubriera su relación intentó seguir manteniendo el contacto con él.

El profesor, que ejercía como docente sustituto en varias asignaturas en un colegio de Vic, empezó prestando a la chica una "atención preferente" en clase, donde la trataba de forma diferente a sus compañeros y le enviaba mensajes de Whatsapp y Hangouts con "halagos constantes" haciéndola sentir "especial y diferente", como "eres la que está más buena de toda la clase".

LENGUAJE SECRETO CON EMOTICONOS

El acusado, según el tribunal, trató de aislar a la chica de su entorno y quiso que su relación se mantuviese en la más estricta clandestinidad, por lo que le pedía que borrase las conversaciones que mantenían en las redes sociales e incluso llegaron a utilizar un lenguaje secreto mediante emoticonos: unas cerezas significaban besos, un racimo de uvas abrazos y un plátano, sexo duro.

El profesor envió a la chica tres fotos suyas en las que aparecía parcialmente desnudo –en una de ellas se le veían los genitales– y también presionó a la menor para que le enviara una foto de ella desnuda, ante lo que la alumna tuvo miedo de que la suspendiese en las tres asignaturas que le daba si no se las mandaba, por lo que le pasó fotos suyas en ropa interior.

DOS ENCUENTROS CON LA MENOR

Además, a finales de febrero de 2015, el acusado provocó dos encuentros con la menor, uno en la biblioteca, fingiendo una tutoría individual en horas de clase, donde la abrazó fuertemente apretándola contra su cuerpo y besándole en la cabeza, y otro en el aula, donde cerró la puerta con llave, la abrazó y la besó repetidamente en la cabeza y le decía que "estaba muy buena", hasta que vio como la madre de la niña, también profesora, iba a buscarla.

En sus mensajes, el profesor aseguraba a la menor que si tuviese su edad "le tiraría la caña" y que "si hiciese bachillerato las cosas serían diferentes" o incluso confidencias como la que le mandó en un SMS a las cuatro de la madrugada del viernes de carnaval de 2015, contándole que había "cogido una castaña de cojones". Además, también la invitó a su casa: "ven a casa a dormir y te abrazaré toda la noche", le dijo, al tiempo que le instaba a explicar a sus padres que iba a casa del profesor a hacer repaso. "Ya te repasaré", agregaba.

NEGA LA ACUSACIÓN EN EL JUICIO

En el juicio, el profesor negó la acusación y alegó que los mensajes que le mandó a la chica se habían interpretado de forma tendenciosa y perversa, dándoles un contenido sexual del que carecían. "Nos encontramos con una pluralidad de conductas realizadas deliberadamente con el fin de establecer una relación y control emocional sobre la menor, conductas encaminadas a ir preparando el terreno para el ulterior abuso propiamente dicho", ha zanjado el tribunal.

Asimismo, la Audiencia ha impuesto al acusado la libertad vigilada los cinco años posteriores a su excarcelación, que indemnice a la víctima con 3.000 euros y que no se comunique con ella durante dos años más que la duración de la pena de prisión.