La plaza de toros Monumental, el gran coso taurino barcelonés / Archivo

La plaza de toros Monumental, el gran coso taurino barcelonés / Archivo

¿Quién hace Barcelona?

Muere Pedro Balañá, dueño de la Monumental

El empresario, de 93 años, también era propietario de distintos teatros y salas de cine en Barcelona

16 enero, 2018 16:34

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El empresario Pedro Balañá Forts ha muerto este martes en Barcelona a la edad de 93 años. Balañá era dueño de la plaza de toros de la Monumental, abierta en 1914, y de distintos teatros y cines en la capital catalana. La saga empresarial la había iniciado su padre, Pedro Balañá Espinós, cuando abrió el cine Avenida de la Luz en 1943. Balañá Forts, que se puso al frente del negocio en 1965, recibirá sepultura el jueves en el Tanatorio de Les Corts.

Actualmente, la familia Balaña es propietaria de los cines Arenas, Aribau, Balmes, Bosque, Glòries, Gran Sarrià y Palau Balañá. Con los años, la cadena optó por cerrar históricos cines de la ciudad por el descenso de espectadores y los cambios vividos en la industria. Rex, Urgel, Palacio del Cinema, Regio Palace, Alcázar Club Coliseum y Novedades, que recientemente ha sido derribado para construir un hotel de lujo, son algunos de los cines de los Balañá que han bajado la persiana en la ciudad. 

CAN PISTOLES DE LA RAMBLA

También forman parte de esta importante cadena barcelonesa los teatros Coliseum, Tívoli y Club Capitol. Estas salas escénicas en diferentes ocasiones han funcionado como cines. Particularmente famoso fue el Capitol de la Rambla, abierto en 1926 por otros propietarios y que, a partir de los años 30, fue conocido como Can pistoles por la programación que allí se ofrecía. Ya en 1990, bajo la tutela de los Balañá, se convirtió en teatro. Ahora una de las salas lleva el nombre de Pepe Rubianes, que en numerosas ocasiones agotó las localidades del espacio.

La plaza de toros de la Monumental, situada en Gran Via con Marina, lleva cerrada desde el 25 de septiembre de 2011, tras la corrida encabezada por los diestros José Tomás y Serafín Marín. La clausura se debió a la prohibición de la Generalitat de celebrar espectáculos taurinos. En 2016, el Tribunal Constiucional tumbó la prohibición de la Generalitat, pero la familia Balañá dijo que no volvería a programar corridas de toros.