Foto de Contrabanda en Facebook.

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¿Quién hace Barcelona?

El TSJC liquida la emisora Contrabanda

Tras casi 30 años, está a punto de cerrar por una sentencia que afecta a las radios comerciales piratas

7 diciembre, 2019 00:00

"Atención, atención, los malditos comunistas volvemos a la acción. Esta noche, en directo a partir de las 21 horas, Letal Age, sátira política y rock’n’roll, una dosis semanal de rebeldía, contra la mentira y la amargura, en el programa que se ríe de la mafia, que se ríe de la gente, Radio Contrabanda". Así suena, poco después de las 9 de la noche, el programa Letal Age, emitido desde el Turó de la Peira, en pleno Nou Barris. El espacio está contenido en la programación de Contrabanda FM, una veterana emisora con casi 30 años de vida (comenzó sus emisiones el día 15 de enero de 1991) cuyas horas están contadas, si el destino no lo remedia.

En julio pasado, la Associació Catalana de Ràdio interpuso una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) reclamando el cierre de las antenas que emiten desde el Turó. Y no hay vuelta de hoja: la justicia determinó que han de cerrarse las mismas. En principio, el precinto se dirige a radios comerciales piratas, pero afecta de lleno a una emisora eminentemente social. "Afecta también al terreno físico donde está nuestro centro emisor y por eso afectará también a la antena desde la que Contrabanda FM emite su señal de frecuencia modulada para toda el área metropolitana de Barcelona", explica en su Facebook la emisora.

LA CUNA DE RÀDIO NIKOSIA

Durante sus primeros años de vida, esta emisora compartía frecuencia con la histórica Ràdio P.I.C.A.  En 1996, cuando nació Com Ràdio, ésta comenzó a utilizar la frecuencia de Contrabanda, que tuvo que desplazar su banda de 91 a 91.4 MHz. En sus instalaciones nació Ràdio Nikosia, uno de los programas más famosos, conducido por personas que padecen enfermedades mentales como la esquizofrenia. De su éxito dan fe las colaboraciones que Nikosia tuvo con otros medios de comunicación, como Cadena Ser, Catalunya Ràdio, La Vanguardia, El País o El Mundo. Ràdio Nikosia forma parte del colectivo Asociación Contrabanda.

Un comunicado de esta semana se queja de que "una vez más, el derecho básico a la libertad de expresión acaba por tierra, menospreciado por los jueces del TSJC al servicio de intereses empresariales y ante la pasividad e inoperancia del Ayuntamiento de Barcelona". También dicen sus promotores que "ya hace mucho tiempo que exigimos dotar a la ciudad de un equipamiento comunitario, desde donde los medios libres y comunitarios sin ánimo de lucro puedan llevar a cabo sus emisiones sin tener que estar a merced de los intereses económicos del sector. Por eso creemos que, al margen de la denuncia de nuestra situación, éste es el momento para abordar tanto la existencia de un centro emisor comunitario como la regulación del espacio que depende de la Generalitat de Cataluña".

SIN SUBVENCIONES NI PUBLICIDAD

Contrabanda FM se define como "una radio libre, no comercial, asamblearia y autogestionada. Su mantenimiento depende de las cuotas que pagan las socias y los socios, sin recibir ninguna subvención pública ni privada, ni incluir publicidad en su emisión". En ocasiones puntuales, no obstante, sí ha recibido pequeñas ayudas públicas. Sus trabajadores, además, no perciben salario alguno y los socios participan en la toma de decisiones. Las cuotas trimestrales de los socios se elevan a solo 15 euros.

En el año 2006, esta emisora ya estuvo a punto de desaparecer por las interferencias de radios piratas comerciales. Contrabanda lo denunció a la dirección general de Telecomunicaciones, que oficialmente no podía hacer nada en aquel momento por la falta de regulación del sector

En el 2012, volvieron los problemas. Desde la subdirección general de Ordenación del Espacio de la Generalitat se emitió la orden de cierre del emisor del Turó de la Peira. En caso de no cerrar el 25 de junio de aquel año, se le podía imponer una multa de más de 100.000 euros a sus promotores. El motivo oficial era que la zona de las colinas de Rovira y el Carmel estaban afectadas por un plan integral para regular las emisiones ilegales de radios piratas.

UN DAÑO COLATERAL

Pero Contrabanda presentó una batería de alegaciones jurídicas y pudo esquivar el cierre. Al margen de ese avatar, puso en marcha una campaña de solidaridad para poder afrontar la batalla contra la Administración. En aquel momento, sus impulsores denunciaron maniobras de las administraciones para silenciarles, ya que su programación se centraba en programas musicales, de debate, de alternativas y, por si fuera poco, era una de las emisoras más implicadas en las luchas sociales de Barcelona. "Contrabanda FM, con su funcionamiento asambleario y autogestionado, sin subvenciones, publicidad ni patrocinios, da voz a proyectos sociales y culturales y difunde problemáticas que no tienen cobertura en los medios convencionales. En este momento, participan una treintena de programas que difunden temáticas y realidades diversas, con una pluralidad de perspectivas que contrasta con la estructura monolítica de la comunicación de masas", denunciaba en aquel momento.

En 2012, gobernaba la Generalitat un Artur Mas ya en la línea de salida del proceso independentista, mientras que el Ayuntamiento era capitaneado por su colega Xavier Trias, de CiU. Ahora, los posconvergentes siguen controlando la Generalitat, pero el Ayuntameinto está en manos de la izquierda, con Ada Colau al frente. Ironía del destino, el cierre se aboca, precisamente, cuando la alcaldesa, hija del barrio para más inri, es Colau. Pero los designios de la justicia son inescrutables y, contra lo que pueda parecer, el cierre de la veterana Contrabanda es, en realidad, un daño colateral.