El polígono de la zona franca está situado al sur oeste de la ciudad de Barcelona y tiene una superficie de más de 700 hectáreas, lo que representa aproximadamente el 7% del término municipal de Barcelona. Un territorio que ya desde principios del siglo XX ha sido motivo de pugna por diversos intereses económicos y sociales. Su conversión en polígono industrial en el año 1916, vino motivada por el fuerte crecimiento industrial que tenía en aquel entonces nuestra ciudad. Un territorio ligado a la concesión del puerto franco que también se obtuvo en el año 1916. La administración del polígono desde sus inicios se adjudicó al Consorci de la Zona Franca de Barcelona, que en su día estaba constituido por el alcalde de la ciudad y varios concejales que representaban a diferentes instituciones económicas de aquel entonces.

Actualmente el Consorci está al abrigo del Ministerio de Economía de Madrid, que es quien nombra al Delegado Especial del Estado como representante y responsable de esta institución. Lógicamente, como representa un motor económico para Barcelona, ya desde hace muchos años los gobiernos municipales tienen puestos sus ojos en la gestión de esta empresa pública, del mismo modo como en la del puerto de Barcelona y en la del mismo aeropuerto. Una aspiración que hoy en día parece ser que no tiene ápice de prosperar.

El polígono ocupa un territorio delimitado por la ronda litoral, el puerto de Barcelona, el municipio del Prat del Llobregat y el de Hospitalet. Dada su proximidad y comunicación con el centro de la ciudad, le confiere una localización más que privilegiada, con un carácter singular y especialmente atractivo por su potencial urbanístico. La construcción y la llegada de la línea 10 de metro han aportado una extraordinaria comunicación a la zona, convirtiendo este territorio en un barrio más. Un trayecto que desde el centro a la zona franca se puede recorrer en pocos minutos, y que aporta aún más si cabe, la integración con la ciudad. Unas particularidades muy diferenciadas que bien posibilitan algún tipo de reflexión.

Sin embargo, más allá de interpretar este territorio como urbano, el polígono ha captado la mirada de diversas instituciones que lo entienden como marginal, donde todo cabe. La ubicación de la nueva cárcel, que fruto del traslado de la cárcel modelo a la zona franca, ha contribuido a hacer un flaco favor a una posible reflexión que tendría que tener una zona tan codiciada como esta.  Un error que nos lleva a pensar en el desconocimiento que tienen algunos del potencial urbanístico que tiene este enclave. Y sobre todo, firmando acuerdos el Ayuntamiento y la Generalitat, con la lamentablemente bendición del Consorcio de la Zona Franca para trasladar la cárcel sin tener en cuenta a los vecinos. Un territorio que merece cierta atención sobre la organización y el régimen de usos aplicable, con el fin de establecer un modelo urbanístico que permita transformar la realidad actual, más acorde con los tiempos que vivimos y de la mano del sentir vecinal. Hoy en día por desgracia ni escuchados ni informados.

Una primera aproximación nos hace pensar en la importancia que tiene esta parte de la ciudad. En la actualidad, en los antiguos terrenos que se adquirieron a la Seat en el año 2006 debido a la marcha de la fábrica a Martorell, se recuperó un amplio solar de más de 110.000 m2 que hizo replantear puntualmente el futuro urbanístico de la zona. Una cierta sensibilidad urbanística de los dirigentes del Consorci, hizo pensar este solar como algo más que un lugar para ubicar unas naves para la logística. Un planteamiento que aunque limitado en su superficie, reinterpretaba esta parte de la ciudad bajo la consideración de dar un mayor valor añadido al suelo. La transformación hacia una nueva economía basada en la tecnología y la innovación, contribuían de este modo, a dibujar un modelo que va más allá del uso de colocar un almacén, y ya no digamos la cárcel. Y más recientemente con la marcha de Nissan, que esperemos también posibilitará un aprovechamiento de este terreno y sus instalaciones con un nuevo modelo de implantación de las tecnologías más actuales. Recuperando el espíritu de motor económico que este barrio de la ciudad tiene que tener.

Estas primeras actuaciones, tendrían que llegar a ser la mancha de aceite que poco a poco van apoderándose del territorio y a poder ser, ir más allá de estos solares para reconvertir toda la zona en un barrio consolidado. En este aspecto con total seguridad, se va a hacer necesario una modificación del Plan General Metropolitano que permita a corto y medio plazo un cambio de usos que faculte también, la implantación de usos residenciales, de equipamientos y de servicios, transformando este excepcional territorio en un barrio sostenible en el más amplio sentido de la palabra, medioambientalmente, económicamente y residencialmente. Una reconversión, que conjuntamente con la implantación de las nuevas tecnologías, posibilite lo que podría ser El nuevo barrio de la Zona Franca donde se pueda habitar y trabajar, y no exclusivamente un polígono meramente industrial. Una modificación necesaria del planeamiento que también permitiera la construcción de edificios en altura, de usos mixtos. Una posibilidad que contribuirá a dibujar una Barcelona moderna y cosmopolita, con un perfil a modo de skyline de metrópolis europea, precisamente en una de las puertas de entrada a la ciudad.

Por otra parte, la proximidad con el desarrollo urbanístico del barrio de la Marina y su posible conexión, facilitaría el entender todo este gran territorio bajo un criterio más amplio. Una oportunidad para rediseñar una de las más grandes zonas urbanas y el Hub tecnológico, que por desgracia nuestra ciudad no dispone, y que muchas otras ciudades quisieran tener.  Una transformación urbana que nos obliga a interpretar este territorio como ciudad habitable. Un lugar que la ciudadanía en la actualidad, apenas conoce, pero sin embargo es la joya de la corona de Barcelona. Un gran reto que está en manos de un gobierno central y que probablemente no tenga la inquietud necesaria para acometer según qué tipo transformaciones.