Barcelona vivirá el próximo mes de mayo las elecciones más decisivas, igualadas y emocionantes de su historia. Debido a la coyuntura económica y política nos encontramos  en una especie de tormenta política perfecta donde hasta 4 partidos tienen capacidad para alzarse con la victoria como consecuencia de una mayor dispersión del voto.  El llamado “voto frontera” no se limitará a los extremos de cada partido, sino que será mucho más amplio y la buena elección del relato será clave.

Esta última semana, Manuel Valls se ha presentado como candidato a la alcaldía liderando una plataforma independiente (a priori con el total respaldo de C’s) para poder abarcar al votante moderado, no independentista y “anti-colau”. Con un discurso marcadamente conciliador se sabe de sus debilidades y planteará una campaña en tono positivo pero con voluntad firme.

Pero, ¿puede Valls realmente llegar a ser Alcalde de Barcelona?

La ley electoral vigente, recoge que “sólo pueden ser candidatos a la alcaldía los concejales que encabecen sus correspondientes listas. Si alguno de ellos obtiene la mayoría absoluta de los votos (la mitad más uno de todos los concejales) ese candidato será proclamado electo. Si ninguno de ellos obtiene dicha mayoría es proclamado alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente municipio”

Para que Manuel Valls sea Alcalde de Barcelona se deberían dar alguno de estos 3 resultados:

  • Valls tiene mayoría absoluta de regidores (21)
  • Valls no es la lista más votada pero recoge suficientes acuerdos para llegar a ser Alcalde.
  • Valls encabeza la lista más votada y las otras listas no se ponen de acuerdo en proponer otra/o candidata/o

Analizemos pues los 3 escenarios:

1 - Probabilidad extremadamente baja. En primer lugar, nadie en la historia de las elecciones municipales de Barcelona ha obtenido mayoría absoluta, ni Maragall ni nadie. Para que la lista de Valls obtenga mayoría absoluta sólo se debería poder votar por encima de la diagonal.

2 - Probabilidad muy baja. Si Valls no gana, las posibilidades de llegar a ser Alcalde se desvanecen. Es muy poco probable que otras listas “más naturales” al apoyo lleguen a sumar los 21 regidores necesarios.

3 - Su única posibilidad real para llegar a ser Alcalde. Sin embargo, se tienen que dar un conjunto de fenómenos que dada la coyuntura actual parece algo complicado.

Asumimos (con mucha fantasía) que los resultados del pasado 21D sean extrapolables a las municipales de 2019, donde C’s cosechó su mejor resultado de su historia en la capital catalana. En esa elección C’s ganó con 218.000 votos por delante de ERC y JxCAT con 190.000  y 180.000 respectivamente. Sin contar con el efecto Colau, C’s tendría entre 10 y 11 regidores, extremadamente lejos del objetivo de los 21.

La única posibilidad para Valls de ganar es su discurso y estrategia política. Su única baza pasa por capitalizar el voto anti-Colau y desmovilizar al votante independentista dejando de lado el discurso vehemente contra la independencia de C’s, que paradójicamente, tantos buenos resultados ha cosechado.

Si Valls consigue marcar la agenda con problemáticas reales de ciudad, remarcando la necesidad de una mejor gestión del consistorio y la recuperación de la marca Barcelona, ciudad europea, habrá ganado mucho terreno a sus contrincantes.