Quien fuera yerno ideal de una pareja —por otro lado, tan poco ideal— ha acabado convertido en una incómoda pieza de museo. Digna de formar parte de las reservas. Y en el caso que nos ocupa, no resultaría nada extraño verlo deambular por las salas de uno de los espacios más interesantes (y desconocidos) de la ciudad: el Museu Fredreric Marès. Al menos, para agradecerle a Luis Monreal y Agustí, su antiguo comisario, la innegable ayuda que ha brindado al matrimonio Urdangarin desde la más absoluta discreción.

Así, este historiador del arte y exdirector de la Fundación La Caixa cumpliría los deseos del rey emérito consiguiéndole un trabajo a la infanta Cristina en la entidad bancaria. Pero los apoyos no acabaron aquí. Monreal fue contratado por la Aga Khan Trust for Culture como director general. Una agencia de desarrollo creada por Karïm al-Hussayni (o Aga Khan IV) en 1988. La sede de esta fundación filantrópica se encuentra en Ginebra (Suiza). Lo intuyen, ¿verdad? La hermana del Rey ha acabado compaginando el trabajo de coordinación de los programas de la Obra Social de La Caixa y las agencias de la ONU con el más reciente en esta institución.

Luis Monreal y Agustí es hijo del también historiador del arte Luis Monreal Tejada (1912-2005), quien se casó con la hermana de Ignacio Agustí Peypoch, curiosamente el autor de la novela Mariona Rebull (1943). Una aguda descripción de la burguesía barcelonesa de finales del siglo XIX (con el episodio de la bomba del Liceu entre las escenas más destacadas) que se adaptó para la televisión bajo el título de La saga de los Rius.

El matrimonio Urdangarin puede estar más que agradecido a este ángel de la guarda llamado Luis Monreal. Un amante del arte y de la monarquía que ha servido a la Corona de la mejor manera. En el año 1973, cuando trabajaba para el Museu Frederic Marès, le preguntaron qué opiniba sobre la política llevada a cabo por la administración en los museos de la ciudad. Él contestó: “Puede calificarse de política de emergencia permanente”. La misma que ha desarrollado en los últimos años con el objetivo de acomodarse a los deseos de una Familia Real en horas bajas. Y siempre desde la sombra.

En cualquier caso, e independientemente de todo ello, no dejen de visitar este museo creado por el coleccionista y escultor que le da nombre. No se imaginan lo que atesora. De ahí, quizás, que una prestigiosa revista de arte norteamericana lo incluyese entre los diez museos desconocidos más importantes del mundo en 2004. Además, está situado en el edificio que hace siglos albergó la sede de la Inquisición. Un tribunal, por cierto, que parece resucitar por momentos.