Mientras Elisenda Paluzie, la presidenta de la ANC, justificaba la violencia porque hace “visible el conflicto”, el concejal de los Comunes en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Rabassa, pide a la Jefatura Superior de Policía que abandone Vía Laietana y que se retiren las vallas, porque el concejal está preocupado por las quejas de los vecinos. El concejal lumbreras no ha pedido que los Mossos abandonen el Parc de la Ciutadella, la Travessera de las Corts o la conselleria de Interior del Paseo Sant Joan. Ya puestos podría pedir también que se cerrarán las comisarias de los Mossos y de la Policía Municipal, sobre todo la de Montjuïc porque molesta a los vecinos que van a pasear por el parque. Ya se sabe, la policía molesta y mucho.

Eso sí, el lumbreras metido a regidor no ha dicho una palabra de los violentos que buscan la greña día sí y día también y no se le ha visto muy puesto cuando la inseguridad campaba a sus anchas. Algunos, ciertamente, podrían irse a su casa antes de decir majaderías de este calibre. Podría haber apuntando el citado concejal que la comisaria está así porque hay un grupo de violentos que impiden un normal desarrollo de la vida pública en la ciudad. De eso, ni mención.

Aunque eso sí, el señor Lumbreras, perdón Rabassa, no difiere de la línea de su partido que quiere cerrar las grandes empresas porque son “malas de solemnidad”, quiere erradicar las terrazas de una ciudad que por clima y talante está volcada a la calle, quiere eliminar los hoteles porque atraen hordas de turistas, quiere aumentar los impuestos a costa de los sufridos vecinos que no quieren que la comisaria de Vía Laietana esté abierta, pero que pasa de los problemas de los vecinos de su Ciutat Vella que ven como la inseguridad es un problema que les pesa y mucho.

Podría estar de acuerdo en la apreciación del señor Lumbreras -vaya por dios, otra vez, señor Rabassa- de que sería positivo un traslado a un lugar más adecuado para que la policía nacional hiciera su trabajo, pero para eso estaría bien que el citado concejal se pusiera en contacto con el Jefe Superior o con la Delegación del Gobierno para buscar una ubicación adecuada. Y de paso, con la señora Tere Cunillera se podría también hablar cual es la posible utilización del céntrico edificio de Via Laietana.

Invitarlos sin más a que se marchen demuestra una incompetencia que raya con la memez. Enviar una carta y hacerla pública en Twitter demuestra que algunos por aparecer en los medios hacen lo imposible, aunque para hacer de tonto de solemnidad. Un consejo, si este es su nivel váyase a su casa señor Jordi Rabassa, ahora no me equivoco. Ha hecho el ridículo más espantoso y nos provoca a muchos vecinos, vergüenza ajena.

 

Toni Bolaño