Cuando no hace demasiado frío, los ciudadanos que duermen en la calle se cobijan donde pueden. Pasan la noche en plazas, parques, espacios que no entorpecen el acceso de los vecinos a sus casas, edificios abandonados; allí donde pueden y ni estorban nadie ni les estorban su sueño. Cuando llega el frío, los cajeros automáticos son sus dormitorios favoritos.

Cerca de mi casa duermen algunos sin techo. Hay uno que había montado una zona resguardada del viento y la lluvia cerca de una valla metálica. Con cartones y utensilios varios cerraba una área en la que se sentía cómodo. Incluso tenía una escoba con la que hacía más confortable su territorio. De noche, veías la parada organizada y suponías que él dormía dentro. Alguna vez lo veías salir a mear entre los contenedores. Se levantaba pronto. Cuando yo salía a desayunar ya no estaba. Sólo quedaban los cartones y demás material a la espera de su regreso, al anochecer.

Algunos vecinos, sin embargo, consideraron que molestaba. Y una noche, cuando aquel hombre llegó a 'casa' se encontró que unos operarios habían corrido la valla metálica hasta situarla junto a la acera. Sus utensilios estaban amontonados un poco más allá.

Ya no lo he visto más. No ha recogido los cartones y demás material con el que había construido aquel hogar provisional. Debe estar en otro rincón de la ciudad. Tan vulnerable como siempre y más convencido que nunca de que es un estorbo para cierta gente. Me lo imagino más triste tras esa desagradable experiencia.

El miércoles 22 de noviembre, Arrels Fundació ha organizado un acto en la plaza de los Ángeles para recordar a las 56 personas que, en algún momento u otro, han vivido en las calles de la ciudad y que han muerto en los últimos 12 meses. Cuando murieron vivían en un piso o en una residencia, estaban en un hospital o una prisión o aún dormían al raso.

La media de edad de estas 56 personas era de 59 años. "Vivir en la calle acorta los años de vida", recuerda Arrels Fundació.

Me duele acabar este artículo escribiendo que esas 56 personas ya no molestan a según quien.