La Barcelona capital industrial, emprendedora, innovadora, creativa y líder que hemos conocido a lo largo de nuestra historia moderna ha sido fruto de nuestro principal capital, el talento humano. De los barceloneses y barcelonesas y de aquellos que con orígenes y procedencias diversas han apostado a lo largo de los tiempos por hacer de nuesta casa la de todos.

¿Si las personas hemos sido el principal capital humano de la Barcelona que conocemos cómo puede afectar a nuestra competitividad los cambios que en el papel del factor humano se está produciendo durante la cuarta revolución industrial?

¿Seremos las personas realmente necesarias con el paso del tiempo? Sí, sin lugar a dudas; pero las formas y las condiciones de trabajo cambian. Antes de la pandemia del Covid ya se advertían variaciones en las maneras de trabajar; por ejemplo, el teletrabajo o la supresión de trabajo físico e intelectual humano delegado a máquinas y los adelantos en inteligencia artificial.

La pandemia aceleró este proceso en muy poco tiempo. Las empresas han tenido que implementar numerosos cambios, la mayoría tecnológicos, para adecuarse al contexto y continuar siendo competitivas. Aquí, un golpe más, Barcelona ha sido la ciudad del talento, nuestras empresas han sabido innovar y adaptarse al nuevo entorno. El teletrabajo ha venido para quedarse, así y la presencialidad también. La clave del éxito de las empresas hoy es saber ser híbridas combinando presencialidad y trabajo en remoto. El retorno en los espacios físicos es un hecho inminente en Barcelona y en el mundo. La reactivación está pasando aquí y ahora.

Denis Pennel, director de la Confederación Internacional de Ocupación, afirma que "es un reto para los departamentos de recursos humanos adaptarse a esta nueva realidad, que comportará que las jornadas de trabajo sean híbridas: con varios días de trabajo en la oficina y otros en el domicilio". Es probable que este retorno genere incertidumbre, incluso temores por las condiciones sanitarias. Sin embargo, hay una simbiosis positiva entre el mundo digital y la presencialidad que hay que retomar. Y aunque casi cinco mil millones de personas en el mundo se comuniquen digitalmente, el trabajo en equipo siempre es la mejor opción. El talento es fruto de la interacción, la puesta en común, la construcción de una misión y unos valores de cada empresa donde cada ladrillo son sus personas interactuando.

La inteligencia artificial cambia radicalmente nuestra concepción del trabajo, el trabajo remoto es y será atractivo, pero el talento y la inteligencia colectiva seguirá cocinándose en las oficinas, con el cara a cara. Si queremos continuar siendo la ciudad del talento, hace falta un retorno a la presencialidad sin dilaciones, seguro y rápido en la oficina. No para redactar informes o emails, --esto se puede hacer en remoto--, sino para crear, para innovar, para transformar, para consolidar la Barcelona como ciudad del talento.