Los frikis de siempre, ANC, Òmnium, PdCat y ERC, van a plantar un árbol del solsticio de invierno de cuatro metros en el Raval por los “presos políticos”.

Algunos tienen prisa por tachar de la lista una de las tres cosas que hay que hacer antes de morir.

Y digo yo que si en lugar de plantar un árbol, plantaran un pino, nosotros viviríamos más tranquilos y ellos más relajados, porque algunos parece que van ristrettos por la vida.

Y fíjese el lector que hablo de solsticio de invierno porque la Navidad no está para estas chorradas, para estos gestos vacíos, puro símbolo. La Navidad no es tiempo de discordia, así que aunque ellos se empeñen en llamarlo árbol de Navidad, no lo es. El árbol de Navidad es el que está en nuestros hogares, en nuestras comunidades de vecinos, eso del Raval es un árbol del solsticio de invierno. Colocado por aquellos que no se cansan de dar la turra, incluso en Navidad.

Las acciones tienen consecuencias, y cuando uno actúa sabe a lo que se expone. Dejemos de vestir con rosas y perfume el despotismo y el desprecio de quienes hace un año nos abocaron al desastre, algunos de los cuales ahora chupan cárcel.

Y hagamos lo que los frikis de la ANC, Òmnium y otros tendrían que haber hecho: plantar un pino. Y por qué no, por el mismo precio plantémoslo en el árbol del solsticio de invierno. Aunque solo sea de un modo figurado, artístico y simbólico, para protestar contra aquellos que se cargan la Navidad y se cagan en ella.