Barcelona está compuesta por diez distritos. En las próximas elecciones, como bien saben los lectores, la circunscripción electoral es única. Es decir, vale lo mismo un voto de l'Eixample que uno de Nou Barris o Gràcia. Esto que parece de perogrullo es de suma importancia para los cálculos electorales.

Una visión rápida de la ciudad da información estadística adicional. El distrito más poblado, más de 250.000 habitantes es l'Eixample. Y el distrito menos poblado, con menos de 100.000 habitantes es Les Corts. Es decir 2,5 veces menos de población, lo que en teoría significaría, para una campaña, cinco veces menos de inversión, económica o de tiempo, de captación de votos.

Como han visto hemos usado la palabra en teoría. Porque ese dato no es cierto. Repasando los resultados de las diversas elecciones en Barcelona de los últimos años podemos observar que de los 10 distritos hay dos destacados donde el trasvase de votos desde los bloques se ha producido. Se trata de dos de los distritos más poblados de la ciudad, Nou Barris y Sant Martí.

Aquí en las ultimas elecciones se han producido trasvases de votantes, de un bloque a otro, con cifras cercanas al 20 % en algunos partidos. Los bloques compactos que funcionan en barrios como Eixample o Les Corts (apenas hay cambio de un bloque a otro) explotan por los aires en estos barrios más periféricos de la ciudad. Este dato es importante porque permite valorar donde es necesaria la mayor inversión del partido potencialmente emergente en Barcelona, VOX. Si en algún lugar pueden captar votos, y hablamos de miles, es en estos distritos.

La batalla de Barcelona se centrará en aquellos lugares donde los analistas perciban que el intercambio de votos entre bloques, independentista y constitucionalista, pueda ser notorio. Como hemos escrito en otras ocasiones la política en Cataluña, y Barcelona no es una excepción, mantiene vínculos arcaicos que podríamos decir post franquistas. Es decir una vinculación clara a las tradiciones y a los bloques. Curiosamente las zonas más periféricas de la ciudad tienen esa liquidez política que les hace más maleables a los cambios. Allí arrasó, por ejemplo, Colau en las ultimas municipales. O Ciudadanos en las últimas autonómicas. Partidos clásicos como el PSC o PSOE mantuvieron sus cifras.

Por eso, la clave de Barcelona, donde se pueden mover decenas de miles de votos, hasta más de 50.000, está en dos distritos, Nou Barris y Sant Martí. Hay que recordar que en las últimas municipales votaron menos de 800.000 personas, por lo que esos movimientos trasladados al conjunto de la capital son un porcentaje suficiente para cambiar un alcalde. Atentos pues a las campañas en estos distritos porque, aún no siendo los más poblados de Barcelona, seguramente son los más decisivos.