El edificio central de la Universitat de Barcelona es monumento histórico artístico nacional desde el 26 de febrero de 1970. Un año antes, miles de falangistas y franquistas rodearon el edificio cerrado. Fue una manifestación oficial de desagravio porque varios estudiantes habían arrojado un busto de Franco por la ventana del rectorado. La respuesta fue un estado de excepción, el cierre de la UB y decenas de estudiantes detenidos, encarcelados y expulsados. Aquellos adictos de la dictadura continuaban la tradición de Felipe V, quien en 1715 clausuró la UB y la trasladó a Cervera, villa borbónica por excelencia. Pero paradójicamente, cuando se cumplen 50 años del reconocimiento del edificio como monumento, una asociación autodenominada catalana e independentista quiere rodearlo el próximo 11 de septiembre, reviviendo así los históricos ataques de todos los totalitarismos contra la UB.

Las ofensivas comenzaron el siglo XV, cuando el rey Martín el Humano otorgó el Estudio de Medicina a Barcelona y el Consell de Cent se opuso argumentando que invadía sus competencias. También Lleida protestó porque perdía su monopolio de la enseñanza en la Corona de Aragón. Hubo que esperar medio siglo hasta que el rey Alfonso el Magnánimo fundó el Estudio General de Barcelona, germen de la actual UB, que no sufrió demasiadas injerencias políticas hasta Felipe V, el franquismo y actualmente por parte de la presidenta de una entidad política a la que sólo han votado parte de sus asociados.

No es preciso remontarse a la Edad Media para recordar que la UB siempre fue la vanguardia de la resistencia universitaria contra el franquismo. Con profesores, académicos y científicos míticos en las artes, las ciencias, las letras, la economía, el derecho, la medicina o la política. Escenario del encierro democrático en el Paraninfo en 1956 y de la fundación del primer sindicato democrático de estudiantes en 1966. Pionera del plan Maluquer que creó nuevas facultades y licenciaturas como Psicología y Sociología. Protagonista de la primera huelga de profesores no numerarios. Con rectores carismáticos como Fabián Estapé. Refugio de liberales y de librepensadores desde el Siglo XIX, en ella se formó el profesorado que fundaría la Universitat Autónoma y posteriores universidades de Cataluña. Sin olvidar a los miles de alumnos de diversos países que han cursado sus famosos cursos de español para extranjeros. Ni tampoco a los profesores y catedráticos represaliados y exiliados.

Con uno de los campus universitarios más prestigiosos del mundo actual, todo comenzó en su Patio de Letras y en su Patio de Ciencias unidos por el jardín más romántico de Barcelona. Luego se expandió hacia la Diagonal, hacia El Raval y más allá de la ciudad. Bastión de tantas batallas por las libertades, su lema fue y es “Libertas omnia luce perfundet”. Por ello, cabe esperar que durante una festividad tan señalada de Cataluña nadie profane la obra y la memoria de tantas y tantos luchadores por la libertad de pensamiento. Y si acaso algunos lo hicieran, sólo seguirán la senda de los asedios de absolutistas, falangistas, franquistas y totalitarios.