Hay que recordar sin miedo a hacerse pesado que el periodismo en Cataluña se ha convertido en activismo. Y no en cualquier activismo, aquí nos gustan las emociones fuertes: saquear las arcas públicas, señalar al disidente e ir de farol. No iba a ser menos el mundo de los periódicos, la tele y la radio.
Y dentro de este periodismo activista hay una jerarquía, siempre en función del grado de sometimiento al poder. El rango más alto a que uno puede aspirar es al de comisario político. Recordemos qué significa: Un comisario político, o politruk, es un oficial militar designado por un gobierno para supervisar la fidelidad de una unidad militar al respectivo régimen.
Pues a este nivel ha llegado la activista Mònica Terribas, galardonada en varias ocasiones.
Hoy quiero repasar brevemente la entrevista que le hizo la semana pasada a Santi Vila (vaya por delante que no es santo de mi devoción).
“¿Qué pensarán sus compañeros que están en la cárcel o el exilio de que usted lleve una vida normal?”
“¿Su libro ayuda a su situación?”
“¿Cuántas veces se ha traicionado a si mismo?”
“Pensaba que sentía pena por los presos...”
“Los que están mal son sus compañeros que están en el exilio y prisión”
“¿Cómo puede llamar fanática a Marta Rovira?”
“Que tenga suerte y vea muchas temporadas de las series que le gustan, usted que puede”
Sobran los comentarios. Está claro que nos encontramos frente a una reputada comisaria política. A ratos Pepito Grillo.
Para verlo más claramente, analicemos una entrevista que le hizo a Otegui. De este modo el lector podrá sacar sus propias conclusiones.
La entrevista empieza con risitas, complicidad y más risitas.
Otegui afirma que el Gobierno no quiere el desarme de ETA porque le va bien electoralmente, en cambio asegura que él sí lo quiere. Mònica asiente y sigue preguntando (repreguntar es de cobardes)
Dice Otegui: “...compañeros críticos con nuestra ACTUAL estrategia”. ¿Qué tal una preguntita sobre su PASADA estrategia?
Otegui habla de “conflicto político”. Cientos de muertos: niños, mujeres y hombres. Terribas sigue sin abrir boca.
La comisaria se despide: “Egun on, que tinguis sort” (Buenos días, que tengas suerte).
Le faltó añadir: Que tengas suerte tú que no fuiste víctima del “conflicto político” y todavía sigues vivo.
Pero no, Otegui no es el enemigo a batir. A él un buen masaje, pero, ojo, afilemos los cuchillos para cuando pise esta casa un desafecto al régimen.