El Restaurant Pitarra de la calle Avinyó número 56 ha puesto en marcha su particular cuenta atrás tras saberse que puede acabar convertido en un pub irlandés. Creado por el dramaturgo Frederic Soler (1839-1895), más conocido como Serafí Pitarra, fue punto de encuentro de intelectuales y lletraferits que renovaron el teatro catalán. Su historia sobrepasa los 127 años.

No es la primera vez que la figura de este relojero de formación genera controversia. El monumento que lo recuerda, situado frente al teatro Principal de la Rambla, no se libró de la polémica tras su inauguración en 1906. Ideado por el arquitecto Pere Falqués, contó con la colaboración del escultor Agustí Querol. Tiempo después, el Ayuntamiento decidiría instalar unos urinarios públicos en los bajos del homenajeado. Hecho que desairó a no pocos intelectuales de la época.

Se cuenta que el galerista Josep Dalmau, mientras paseaba por este tramo de la Rambla, sufrió la imperiosa necesidad de relajar la próstata. Se dirigió raudo hacia los urinarios, frecuentados por homosexuales que peinaban la zona (popularmente, “hidráulicos contemplativos”). Al observar Dalmau cómo uno de ellos iba aproximándose mientras evacuaba el excedente, optó por salir corriendo al grito de: “Noi, pixa amb la teva!”.

Curiosamente, este visionario galerista fue uno de los pocos que apostó por la faceta de ilustrador del gran dramaturgo Federico García Lorca, quien se lo recordaría al crítico de arte Sebastià Gasch en una carta: “Si no fuera por vosotros, los catalanes, yo no habría seguido dibujando”. El andaluz fue uno de los más aclamados por el público barcelonés cada vez que estrenaba alguna de sus obras en el Principal (teatro que, por cierto, lleva más de un año cerrado).

Conviene recordar que tampoco se ha hablado mucho de la desaparición, hace tan solo unos días, del Teatre Museu El Rei de la Màgia de la calle Junqueras. Afortunadamente, los propietarios seguirán al frente de la mítica tienda que lleva el mismo nombre ubicada en la calle Princesa. Decana en su especialidad. ¿Qué será de los fondos de este museo? En fin, cambian los partidos políticos en la Casa Gran pero la sangría continúa.