Accountability es un término que se usa en un contexto empresarial perfectamente aplicable a cualquier organización política o administración pública y a la gestión de la misma. Se utiliza para definir la habilidad de asumir responsabilidades y para definir aquellos aspectos inherentes a la responsabilidad personal y la actitud individual de cualquier persona que ejerce algún tipo de responsabilidad o cargo.

Una ciudad como Barcelona merece contar con un gobierno formado por miembros responsables y que tienen una actitud adecuada, que corresponde a la importancia de su cargo. Este concepto puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el ejercicio de esas responsabilidades y gestión. Responsabilidad y actitud. La aparición de comportamientos negativos y negligentes dentro de un grupo, o en nuestro caso un gobierno municipal, pueden expandirse de manera muy rápida en el resto del organigrama e infectar el clima y la salud de aquella organización o administración, repercutiendo en su buena gestión y en las buenas prácticas.

Aquellos que primero deben cumplir estos parámetros son los líderes de estos proyectos, sin la necesidad de que a cada momento se les tenga que ir recordando.

En las últimas horas hemos conocido la noticia que la alcaldesa Ada Colau tendrá que ir a declarar al juzgado por supuestas malas prácticas en la manera de gestionar las subvenciones de nuestro Ayuntamiento, que pueden derivar entre otros delitos en fraude, prevaricación y tráfico de influencias.

Desde el inicio del actual mandato, en 2019, desde el grupo municipal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona le hemos tenido que recordar constantemente a Colau que sus actitudes y comportamientos no eran los adecuados y que afectaban negativamente a la gestión del bienestar de todos los barceloneses, liderando un manual de malas prácticas. No hemos hecho nada más que nuestra labor, ejercer la oposición, denunciando y criticando aquello que hemos considerado que no se ajustaba a los parámetros de responsabilidad y actitud.

La responsabilidad significa dar la cara de manera individual y apropiarse de toda la responsabilidad del trabajo realizado y de las actitudes y los comportamientos.

Durante todo este tiempo, Colau nunca ha tenido la más mínima disposición a rendir cuentas con nuestro grupo municipal, ni con cualquier otro, cuando ha sido requerida para ello, y lo que es peor, tampoco ha rendido cuentas ni ha sido transparente con aquellos que tienen que ser los beneficiarios de su gestión: los barceloneses. Finalmente, ha tenido que ser un juez quien la ponga en el estrado a realizar este ejercicio, por tanto de manera obligada. Que lejos quedan aquellos discursos utópicos nacidos de las manifestaciones del 15-M. Muchos dirán que los políticos surgidos de ese movimiento y que enarbolaban las banderas de la honradez y la transparencia, ahora se han convertido en casta. Creo que no es así, en ese momento ya eran casta, la diferencia radica en que en aquel momento el ejercicio de la política aún no era su modus vivendi.

Durante todos estos años hemos tenido que escuchar y aguantar lecciones de ética y moral por parte de Colau y los miembros de los comunes, quienes ni tan siquiera son capaces de cumplir con su propio código ético que especifica claramente que en el caso de imputación o investigación se producirá el cese o la renuncia de los cargos, ya sean orgánicos o institucionales.

Un buen líder que rinde cuentas nunca debe culpar a los factores externos, ni es culpa de Ciutadans, ni de ninguna campaña de desprestigio. Un buen líder asume los hechos y busca las soluciones para reparar el daño, y más cuando te han avisado en numerosas ocasiones. La única culpable de lo que le pasa a Colau es la propia Colau.

Colau es un mal ejemplo para los barceloneses, si queremos tener una ciudadanía comprometida, proactiva y responsable, se debe comenzar por dar ejemplo, y eso requiere reconocer las propias conductas inapropiadas.

Por su parte, el PSC, como socio de gobierno de Colau también es responsable de la situación actual, por inacción y negligencia. Nuestro grupo municipal ha pedido en reiteradas ocasiones que los socialistas den el primer paso, y ese no es otro que abandonar el gobierno e iniciar conversaciones con otros grupos. Será allí donde encontrarán a nuestro grupo municipal. Además en este camino, el desgobierno de Colau y PSC ha encontrado diversos socios de facto, como por ejemplo ERC y Barcelona pel Canvi, sin ir más lejos con la reciente aprobación del presupuesto municipal. Ya lo dijimos, votar a favor o avalar a través de una abstención ese presupuesto significaba avalar las políticas nefastas del desgobierno, y además significaba avalar las malas prácticas de los miembros del desgobierno.

Por todo ello, desde nuestro grupo municipal seguiremos fiscalizando y denunciando todas las prácticas que consideremos que no se ajustan a una gestión honrada. Nosotros sí que creemos en la accountability, estamos comprometidos con la ciudadanía y con la rendición de cuentas. Y así seguiremos.