Las negociaciones para el gobierno de la ciudad de Barcelona no son aptas para cardiacos, y menos para Ada Colau, que en pocos días deberá tomar una decisión. Sea cual sea la decisión “todo pasa por Colau”. Estas son las 10 incógnitas.

1.- Se tome la decisión que se tome se debe evitar la ruptura. La división es evidente porque es trascendental. Los partidarios de unas opciones u otras están dando el resto, porque saben que lo que pase en Barcelona tendrá una repercusión directa en las bases de Barcelona en Comú y de rebote en el conjunto de los comunes, que quedaron diezmados en el territorio perdiendo toda fuerza.

2.- Pactar con ERC es tanto como dejar la alcaldía y tener que soportar a un sillón consistorial en manos de Ernest Maragall que lo utilizará como muleta de la política frentista de la Generalitat.

3.- El pacto dejaría sin la alcaldía a Colau y no sirve la fórmula de dos años para Maragall y dos para Colau, porque no está escrito que Junts per Catalunya les otorgue la mayoría absoluta necesaria para llevarla a cabo. Por no olvidar, que Junts per Catalunya apoyará al alcalde cuantas veces sea necesario para salvaguardar su “pureza independentista”.

4.- El acuerdo con Maragall, además, dejaría al pairo a los comunes, que deberían afrontar unas elecciones autonómicas sin candidato y dejando el espacio constitucionalista de izquierdas, y también el de centro derecha por la deriva de Ciudadanos, abierto al PSC. Si los comunes optan por los independentistas pueden abrir las puertas a su desaparición.

5.- Pactar con el PSC es conservar la alcaldía y no perder visibilidad. Eso sí, dejándose en la gatera algunas prendas como la presidencia de la AMB que el PSC puede reivindicar para sí. Núria Marín es la opción que muchos acarician porque los socialistas han recuperado un músculo que habían perdido hace cuatro años.

6.- El pacto con los socialistas garantizaría a los comunes mantener su espacio electoral vinculado a la izquierda y a Colau marcar su propio perfil frente al independentismo, tanto en Barcelona como en unas elecciones anticipadas, que ERC está fijando ya para el mes de febrero de 2020.

7.- Los votos de Manuel Valls son fundamentales para que esta opción sea realidad y queman a las bases. La pregunta es ¿queman tanto como los votos de Junts per Catalunya que serán fundamentales en toda la lesgilatura?

8.- Manuel Valls está intentando demostrar que no es Ciudadanos, que quiere resucitar la derecha barcelonesa no independentista, esa derecha catalanista y moderada que, hoy por hoy, está huérfana de referencia política. Además, Valls está desempolvando su perfil socialdemócrata, lo que puede ser eficaz a la hora de desarrollar políticas progresistas. Algo que Colau no puede esperar del activismo pijerista de Junts per Catalunya, que fuera del independentismo no sabe, no contesta.

9.- Colau además sabe que pactar con los socialistas le abre la posibilidad de una salida política. A corto plazo es difícil, y ahora casi impensable, dicen dirigentes socialistas. Otra cosa es a medio plazo. Ahí Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, tiene la sartén por el mango, y Ada Colau sabe que esta posibilidad puede ser real. Si es alcaldesa y deja dentro de dos años, un suponer, el bastón de mando.

10.- Estamos ante una Operación Borgen en diferido. Es decir, que el tercero en disputa, el socialista Collboni que ha consolidado su espacio, pueda acceder a la alcaldía a medio plazo tras un pacto de gobierno con los comunes. Algunos acarician este oscuro objeto de deseo, pero saben “que no salen los números”. Ya veremos si salen en un tiempo si los comunes se meten en un frenético remolino que acaba en diáspora. Ahí las elecciones autonómicas vuelven a poner el frío en el cuerpo a Ada Colau.

Estás son las diez incógnitas que Colau debe despejar, como mínimo. Cuando echó a los socialistas del gobierno por “decisión” de las bases se equivocó, como ha demostrado el tiempo. Ahora las bases tienen de nuevo la palabra, pero otro error puede ser letal. Para evitarlo estaría bien que Colau se mojara. Si no se moja se puede abrasar.