La curiosidad me corroe. Ya he empezado a contar los días que faltan para el próximo 11 de septiembre. Este puede ser el día en que el mito nacionalista empiece a hacer aguas. Pero vayamos por partes.

Este domingo día 4 de marzo en Barcelona se celebrará la gran manifestación en favor de los derechos, la dignidad y la libertad del pueblo de Tabarnia. Será el día en el que un pueblo pisoteado durante años se pondrá en pie para decir ¡BASTA! Se acabó la coña marinera.

El pueblo de Tabarnia ha convertido esta fecha señalada en el día de la liberación. Están dispuestos a recuperar la historia que les ha sido arrebatada. Y por eso la manifestación empezará con una ofrenda floral en el monumento de Rafael de Casanova. Este barcelonés ilustre dejó por escrito el 11 de septiembre de 1714 a las 3 del mediodía que se levantaba por el Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España. Y como buen patriota que es, el domingo recibirá el trato que se merece después de los atropellos sufridos por el nacionalismo, enemigo de la historia y la realidad.

Coincide, curiosamente, con el día de San Casimiro, así que le pediremos intercesión para que el nacionalismo deje de “casi mirar” para ver del todo.

El acto acabará con una manifestación que bajará por Vía Laietana y girará a la derecha hacia plaza Sant Jaume. Curiosamente también, el recorrido tendrá la forma de una L gigante. Una L de looser, en referencia a ese nacionalismo que cada vez suma menos adeptos.

Y llegados a este punto, quiero hacer pública la curiosidad que no me ha dejado dormir los últimos días. ¿Qué cara se les quedará el próximo 11 de septiembre a los nacionalistas cuando les toque hacer la ofrenda floral a Casanova?