Tal como expliqué en el anterior artículo ¿Dónde la dejo? La bici necesita amarrarse de forma segura el propietario de la bicicleta puede elegir comprar el sistema para candar su bici más caro y seguro del mercado, pero el elemento más importante es donde amarramos la bici.

El espacio público urbano es limitado y debe ser bien administrado por el ayuntamiento en cuestión. Actualmente los espacios de aparcamiento son usados de forma desmesurada e ineficiente para los automóviles. En el espacio que ocupa un coche se pueden aparcar 10 bicicletas. 

Algunas poblaciones instalan en el entorno urbano diferentes tipos de soportes para aparcar la bicicleta de forma gratuita. Los beneficios para la sociedad que genera el uso de la bicicleta, como los efectos en la salud y la cero emisión de contaminantes, justifican los aparcamientos gratuitos. Se trata del concepto conocido como discriminación positiva. 

Generalmente se confunde el termino de igualdad, sobre todo en términos del uso de los vehículos y existe una creencia extendida, según la cual, si los coches pagan por aparcar, todos tienen que pagar por aparcar. De este modo, los coches pagan por ocupar un espacio excesivo por los perjuicios de salud y sociales que generan.

Según la Organización de las Naciones Unidas, el derecho a la igualdad no se traduce en un trato igual ante la ley y garantía de justicia, sino en una adecuación de las leyes para la no discriminación, así como la mayor garantía de derechos en toda actuación y para toda persona habitando de su territorio, reconociendo su diversidad desde un enfoque transversal.

Los “aparca bicis gratuitos” más adecuados son los conocidos cómo de “U” invertida en los que si llevamos los candados o cadenas adecuados podemos amarrar diferentes partes de la bici, cuadro y ruedas. No todos son suficientemente seguros porque los ayuntamientos para ahorrar instalan algunos mal anclados al suelo, de forma que el ladrón puede arrancarlo fácilmente para llevarse la bici, o simplemente de un material tan débil que con una sencilla sierra eléctrica a pilas, se corta y de nuevo se llevan la bici.

Los mejores son los que llevan un cordón de acero endurecido en su interior y los tubos de calidad. Este cordón es muy difícil de cortar y además supone una tarea más para el ladrón que cuando cree que ja puede sacar la bici al cortar el tubo, se encuentra que la bici no sale gracias al cordón.

Otro ahorro frecuente de los ayuntamientos es la instalación de “sujeta ruedas” unos aparcamientos pensados para interiores vigilados, o para cortos espacios de tiempo, en lugares donde tienes a la vista la bicicleta, estos aparcamientos a parte de imposibilitar amarrar la bicicleta por el cuadro, son muy débiles y simplemente quitando la rueda delantera, el ladrón se lleva la bici, también facilitan el vandalismo, es fácil ejercer presión sobre la rueda y haciendo palanca con el sujeta ruedas, doblarla. 

Igual que con los sistemas de registro de bicicletas, la desidia de las instituciones hace florecer las iniciativas privadas, finalmente comúnmente subvencionadas públicamente, uso de locales como aparcamiento o estructuras metálicas con un sistema electrónico (app) con débiles cadenas que por una cuota te ahorran cargar con tus candados a cambio de un seguro de robo, sin garantizar que no la roben, etc.

En Barcelona la política contra el robo de bicis consiste en lanzar el mensaje de que no uses tu bici y uses el sistema público de alquiler de bicicletas, el Bicing.

En el Área Metropolitana de Barcelona han optado por el “Bicibox” unas cajas para guardar tu bici, que la protegen de la vista y de las inclemencias del tiempo, las puertas y sistemas de seguridad de estas cajas, pueden ser manipuladas o destrozadas por los ladrones. Al final en caso de robo se resuelve con un seguro, que nunca será suficiente para reemplazar el valor de tu bicicleta.

Imaginemos que vas a alguna de las poblaciones del Área Metropolitana de Barcelona con tu coche y decides no dejar tu coche en la calle, buscas un aparcamiento subterráneo, protegido, lo más cerca del lugar al que te dirijas y aparcas, sencillo, pues con el sistema Bicibox, no, tienes que estar asociado para utilizarlo, esta limitación es una de las causas por lo que este sistema, es totalmente inútil, para un uso cotidiano de la bicicleta.

¿Alguien puede entender y encontrar lógico tener que ser socio de los aparcamientos de coches, de cada población que vas a visitar de forma esporádica?

El Bicibox es un sistema con muy poca capacidad que nunca podrá dar cabida a un uso normalizado de la bicicleta en dichas poblaciones. Es, simplemente, una forma más de justificar los proyectos de supuesta sostenibilidad de dichas poblaciones.

Los aparcamientos subterráneos de B:SM, una empresa del ayuntamiento de Barcelona, ofrecen algunas plazas de aparcamiento para bicicletas, totalmente insuficientes y no en todos los aparcamientos ni barrios de la ciudad.

En el interior de las estaciones de los Ferrocarriles de la Generalitat, podemos encontrar aparcamientos tipo “U” en las de RENFE/ADIF no.

En algunas escuelas, institutos o universidades encontramos aparcamientos en la calle proporcionados por el ayuntamiento de turno, pero a parte de ser insuficientes si un número elevado de alumnos usara la bicicleta a diario, cómo seria recomendable, al estar muchas horas en la calle y a diario, acostumbran a sufrir vandalismo.

En los edificios públicos tenemos un problema similar al de las escuelas, dependemos totalmente de la voluntad del ayuntamiento, si ha creído conveniente instalar en las cercanías algún aparca bicis.

En las grandes superficies con enormes aparcamientos para vehículos de motor, es difícil encontrar un lugar apropiado y seguro para aparcar bicicletas.

Otra falta de vista comercial, que funciona de maravilla en los países avanzados de Europa, es el aparcamiento que suele incorporar un panel publicitario, proporcionado por las tiendas, un simple “sujeta ruedas”, para permitirte atar la bici en compras rápidas.

Las entidades ciclistas reclaman para solucionar este problema diversas soluciones que están funcionando en los países que han conseguido un gran uso de la bicicleta como vehículo a diario.

En cada cruce: Un grupo de aparcamientos ahorma de “U” invertida en calzada substituyendo las plazas de aparcamiento de coches más próximas al paso de peatones.

Aparcamientos edificios públicos:  Aparcamientos seguros para bicicletas en todos los edificios públicos. En el interior y en el exterior, en lugares accesibles y vigilados.

Módulos de aparcamiento: Los aparcamientos tipos BiciBox, ayudan a completar una demanda puntual de aparcamiento seguro, pero haría falta dotarlos de parquímetros al estilo de las zonas azules para coches.

Escuelas, institutos y universidades: Son necesarios aparcamientos seguros en el interior.

Estaciones de tren y transporte publico: Diversos tipos de aparcamientos, gratuitos en la calle, protegidos en la estación, de pago en un aparcamiento privado, para cientos o miles de bicicletas.

Aparcamientos edificios privados: Garantizar un espacio para aparcar bicicletas en el interior de los edificios de viviendas de manera cómoda y segura.

Parkings públicos y privados: Tienen que ofrecer un número proporcional de plazas para bicicletas. En los aparcamientos privados se tienen que fijar convenios con los ayuntamientos para introducir la necesidad de aparcamiento para bicicletas.

En definitiva una de las razones por la que no se incrementa el uso diario de la bicicleta, es el problema del robo y la falta de lugares donde aparcarla de forma segura.