No acostumbro a perder el tiempo en estas cosas, prefiero zanjarlo en un tuit, pero de vez en cuando hay que plantarse y dejar en evidencia el divorcio que existe entre los medios nacionalistas y la realidad.

Ayer fue la presentación del libro ‘Tabarnia: la pesadilla de los indepes’ en Barcelona. Un éxito total se mire por dónde se mire. Ni una sola carretera cortada, y eso que éramos más que todos los CDR juntos, 300 personas. 

Pero no fue así para todos. Un tal Roger Tugas, a quien presuponemos presente en la presentación a pesar de sus muchas imprecisiones, escribió una divertidísima crónica en Nació Digital.

Entendemos que la emoción de estar rodeado de tanta gente buena, y a la vez tan española, produjo en él una sensación que jamás había experimentado y que le empujó a escribir lo que a continuación vamos a desmenuzar.

Vayamos por partes porque el titular ya es de traca: Llarena pren cafè amb els portaveus de Tabàrnia mentre empresona governs: coses de superherois.

A mi se me ocurre otro: Puigemont menja musclos amb els belgues mentre els companys de govern són a la presó.

Habla luego de una supuesta incorporación de Llarena a las filas de Tabarnia. Fichaje que jamás ha tenido lugar y que jamás se mencionó en la xerinola que tuvimos ayer. Muy diferente es que mostráramos un gran respeto por quien como dijo Joan López Alegre: “tiene toda la razón moral”. Sutil diferencia que esconde objetivos menos sutiles, estimado Roger

Después habla del café que tuve el placer de tomarme con Llarena en el AVE, como si se tratara de una declaración de intenciones por parte del juez, o de un delito por mi parte. Repito lo ya dicho: un hombre educado, sencillo, normal y corriente, simpático y con sentido del humor. Muy lejos de la imagen que los medios nacionalistas han creado de él.

Roger, si algún día tengo la suerte de coincidir contigo en el AVE, y te reconozco, a ti te invitaré a que nos tomemos una cerveza, no ho dubtis

Pobre Llarena, ahora también quieren decirle con quién tiene que tomar café... 

Dice también que al final, como siempre, acabamos con el discurso de costumbre: “que los independentistas han sido adoctrinados y engañados”. Se ha olvidado de la parte en la que dejo bien claro que nuestra obligación es abrazar a todos los que fueron el domingo a la mani. Son nuestros hermanos, ni santos ni demonios, hermanos. El adversario son los políticos y los medios, que son los máximos responsables de todo esto. También de que no puedas soportarnos, Roger.

Hay otro detalle que me llama poderosamente la atención. Cita de Álex Rosal, el editor, la siguiente frase: "marcaven els que no comulgaven, per assenyalar aquell que no se sotmet al pensament únic". En referencia a las pintadas que le han hecho al humildísimo y simpatiquísimo Tomás Guasch en su casa. Sorprende que habiendo hablado Álex en castellano Roger traduzca mal al catalán la palabra comulgar, en catalán combregar. Sospecho que se trata de un intento de castellanizar a quien igual que muchos de los que estábamos en esa sala, ha nacido aquí. ¡Cómo les jode que seamos catalanes que amamos España!. Habría sido más fácil que Roger especificara que Álex habló en castellano, ¡gravísimo crimen!, pero supongo que mola más dejarle por alguien que habla un catalán no puro. Refuerza la idea de inadaptados que tanto les gusta para referirse a los que no combreguen con sus ideas.

Por si todavía no se hubiera quedado a gusto con tanta imprecisión, se refiere más adelante al tranquilísimo Joan López como "tertuliano a tiempo completo". Cualquiera diría que estaba hablando de Rahola. Hasta donde yo sé Joan tiene su propia empresa que ha levantado no con poco esfuerzo. Pero claro, otra cosa que también les pone es desprestigiar al no nacionalista.

Luego habla de mis amigos indepes, -a los que hice referencia en algún momento- y por si no hubiera tenido ya suficiente fantasía en las líneas escritas hasta entonces, decide la cantidad que tengo de esos amigos que piensan como él: “pocos”. En cualquier caso, gracias a Dios, muchos o pocos, me escuchan más que Roger cuando les hablo.

Habla también de la triple personalidad de Llarena –juez, superhéroe y referente moral- y de la doble personalidad de un servidor. ¿Hablamos de mutaciones y esquizofrenias en el nacionalismo a cada día que pasa? Mejor otro día. Pero explicaré mi trastorno de doble personalidad: debemos respetar a nuestros vecinos, amigos y familiares, también a ti, Roger. Brazos abiertos y sonrisa en los labios. Y por otro lado me encanta la limpieza de esos plásticos que ensucian nuestras calles –a ver cuándo se pronuncia Greenpeace al respecto-. No veo problemas de compatibilidad. Imagino que si me ves algún día por la calle no me pegarás un tortazo, pero si te encuentras una bandera de Tabarnia en una farola la arrancarás sin miramientos.

Y no, no he dicho que quitar lazos amarillos levante la moral. Decía que es una batalla moral importante porque deja latente que los de aquí, els de casa, los que vivimos en vuestras mismas calles, os queremos mucho pero ya estamos un poco cansados de que os penséis que todo es vuestro y que nosotros o no existimos, o somos pocos o de Marte. Hacemos además un favor al planeta y a la salud visual del pueblo. De nada.

Hablas luego de mi familia. Gracias por el detalle pero una vez más no estabas atento. Mis abuelos no tuvieron 72 nietos. Mis bisabuelos tuvieron 12 hijos y 72 nietos. Muchos de ellos repartidos por Navarra, Madrid, Zaragoza... y la mayoría aquí, en la Cataluña que no solo es tuya.

Tienes razón cuando dices que mi abuelo escribió el himno de la Colla Vella dels Xiquets de Valls, te equivocas cuando dices que mi prima es la mejor anxaneta, lo fue en su momento. Ahora, a sus veinte y pico años sería ya un poco más complicado. Y sí, comemos sopa de galets i carn d’olla por Navidad.  Pero te has olvidado de la parte en que hablaba del profundo arraigo que mi familia, también los que viven fuera, tiene en esta tierra. Conocen, viven y quieren sus costumbres, hablan catalán mejor que algunos rufianes y conocen la historia mejor que alguno de los historiadores de cabecera de la ANC. Han llevado consigo a Cataluña allí donde han ido. Así que sí, con mucho orgullo puedo decir que ningún modernito indepe tiene la potestad para darnos o dejarnos de dar carnets de nada, y menos de catalanidad. Ni a los que vivimos aquí ni a los que viven en Madrid, Navarra o Zaragoza. Aborrecer el nacionalismo no nos convierte en anticatalanes, ni en renegados, ni en inadaptados. 

Del famoso Jordi Borràs lo único que diré es que ya he intentado varias veces quedar con él para tomar una cerveza –como contigo cuando nos encontremos en el AVE- y todavía no lo he conseguido. Pero dejo por escrito que lo seguiré intentando hasta el día en que me muera. Y no hablaba de ponérselo difícil en su trabajo, Roger. Que a veces parece que te complicas solo. Hablaba de hacérselo más adecuado a la realidad, de hacer un esfuerzo para romper el cliché que el nacionalismo ha creado de nosotros, y ahí es donde entran en escena las sonrisas. Y Jordi Borràs ha contribuido a ese cliché del que hablo. Es el eterno problema de confundir las ideas con las personas, y aunque bien es cierto que las ideas tienen consecuencias, muchos de los que han sido demonizados –de los tuyos y de los nuestros- en la distancia corta son personas formidables.

En cualquier caso: Roger, todo te queda perdonado, pero viendo los problemas que tienes de oído, la próxima vez que vengas a que te adoctrine avísame y te guardaré un sitio en primera fila, que la tercera queda muy lejos y luego pasa lo que pasa. Y sino, audífonos pagados por Nació Digital.

Un fuerte abrazo,

Jaume Vives

PD: Y mientras escribo esto me pregunto... ¿habrá comprado Roger mi libro?