Esta mañana ha amanecido en Barcelona. Parecerá una obviedad, pero el presidente de España y su equipo han creído oportuno recordárnoslo. En un vídeo compartido en su perfil de Twitter, Mariano Rajoy aparece andando deprisa, su ejercicio matutino preferido, por el puerto de la capital catalana. Queriendo pasar desapercibido, sentirse cómodo o en ese permanente empeño suyo por querer eliminar cualquier atisbo de dignidad a la imagen institucional que representa, viste un plumón fino, pantalón corto de chandal a la altura de la rodilla, de la firma Nike, calcetines y bambas.

En alguno de los planos comprobamos que lo acompaña en el paso su más fiel escudero: Jorge Moragas, algo más atrevido, se permite un pantalón blanco mucho más escueto y resuelto que el del presidente. Y aunque el realizador del vídeo nos deleite con otras tomas recurso tan relevantes como la del momento en que Rajoy se cruza con una patrulla municipal de limpieza, el clímax se da cuando el presidente se dirige a cámara para dar los buenos días e informarnos de que sale el sol en Barcelona (y en España, añade). Si no conociéramos al líder del PP, uno podría pensar que detrás de esa insólita primicia (¡Extra, extra, amanece!) hay algún mensaje de calado trascendental. Pero Rajoy, aunque a veces se antoje que comunica en diferido, es claro como el agua: en Barcelona hay amanecer porque es España. Y en España, entre otra muchas cosas, amanece por la mañana. 

Pero sabrá Rajoy que exactamente igual no amanece en cada rincón de España. De hecho, no coincide ni la hora. En el oeste del país, el sol se levanta y se pone más tarde que en el este. Caprichos, peculiaridades, singularidades de la geografía planetaria. Y la luz, tan importante para valorar el instante y recobrar energía, y el colorido que se dibuja en el horizonte también se antojan de una pluralidad que asustaría a cualquiera que desee seguir admirando la compleja realidad sólo en blanco y negro. Sin embargo, lleva razón el presidente. Por suerte, pese al 155 y una campaña y jornada electoral navideña (21D), "amanece en Barcelona (y en España)".