Revelador lapsus linguae el de Ada Colau el otro día en TV3, cuando se le preguntó por la necesidad de celebrar un nuevo referéndum de autodeterminación. En un genuino caso de acto fallido de corte freudiano, la alcaldesa dijo algo que muchos pensamos: que ahora lo fundamental es acabar con la pandemia y afrontar la penosa situación económica y que la gente ya no está para tonterías (como consultas populares que no sirven para nada). Lamentablemente, todos sabemos lo poco que dura en Barcelona la alegría del constitucionalista, y Ada, a la que ya había puesto verde el lazismo en pleno, de los políticos a las estrellas de TV3, pasando por los tuiteros más montaraces (la monja Caram no dijo nada porque está muy ocupada tomándola con el obispo Novell), se disculpó enseguida y aseguró que con lo de tonterías no se refería a los nobles intentos de parte de la población por alcanzar la independencia del terruño (aunque no quedó claro a qué se refería exactamente con su sincero exabrupto). Pedir que se reafirmara en su comentario habría sido esperar demasiado de alguien que siempre se ha distinguido por hacerles la pelota a los lazis (que la odian diga lo que diga y haga lo que haga), pero la bomba ya había sido lanzada y, lo que es mejor, había alcanzado plenamente su objetivo.

Lo único que hizo Colau fue expresar en voz alta lo que cada día piensa más gente en Barcelona: que no está el horno para bollos ni para referéndums, que ya vimos como acabó el anterior, que el temita se está convirtiendo en una obsesión que no lleva a ninguna parte. Es lo que piensa también su amigo Asens, aunque disimule diciendo que sí, que algún día se ha de celebrar ese referéndum, pero que, por el momento, no procede. Ada ya metió la pata con la primera consulta, la del Astut Mas, donde votó que sí a todo tras asegurar que ella no era independentista, dando una muestra de su coherencia ejemplar. Por ahí la han atacado los lazis, y no les falta razón: si hace años votaba que sí a la independencia, ¿cómo es que ahora la celebración de otro referéndum se le antoja una tontería?

Del lapsus, acto fallido o metedura de pata han sacado partido hasta los socialistas, por boca de Ferran Pedret, responsable de un hipócrita coscorrón a la alcaldesa al afirmar que ellos no consideran una tontería consultar al pueblo sobre la autodeterminación (aunque todos sabemos que en el PSC lo del referéndum huele a cuerno quemado). Como de perdidos al río, más le habría valido a Ada mantenerse en sus trece y utilizar su afirmación en TV3 para desengancharse de una vez de un colectivo que no la soporta y al que, por motivos que se me escapan, se empeña en seguir adulando (como se comprobó de nuevo al elegir al iluminado de Cuixart para el pregón de las fiestas de Gràcia, gesto que tuvo su premio en forma de abucheos que se saldaron con sentidos lagrimones de la alcaldesa y un poco de mansplaining patriótico a cargo del Tío del Mullet). Pero la actitud de Ada en este tema, como en casi todos, consiste en dar un paso adelante y dos para atrás: cada vez que crees que ha optado por adoptar una postura de izquierdas, se envuelve en la senyera y vuelta a empezar. Es una pena que esta mujer solo diga lo que piensa por error, pero seamos optimistas y concluyamos que por algo se empieza. Igual llega el día en que dice lo que piensa de manera decidida y consciente, si es que piensa en algo que vaya más allá de conservar su cargo a cualquier precio, lo que también está por ver.