Reynaldo Sietecase (izq.) junto a Gerardo Pisarello en la presentación de No pidas nada, en Barcelona / PM

Reynaldo Sietecase (izq.) junto a Gerardo Pisarello en la presentación de "No pidas nada", en Barcelona / PM

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Reynaldo Sietecase: “Me interesa más la literatura que la realidad”

El periodista argentino presenta su último libro en Barcelona y asegura estar preocupado por la profesión

23 noviembre, 2018 13:48

Reynaldo Sietecase llega a la Casa del Llibre de Paseo de Gràcia cinco minutos más tarde de la hora acordada, y se encuentra con unas 20 personas sentadas esperándole. “Qué puntuales son acá”, bromea en voz alta y pide disculpas por el retraso. Aún falta su presentador, que demora diez minutos más. Sietecase aprovecha para conversar con su público, sentarse del lado del espectador, y mostrarse cercano y agradecido, como lo hace a diario en su programa de radio.

El periodista es más que conocido en Argentina: ha ganado cinco premios Martín Fierro (un equivalente a los Onda en España), y además de su conocida faceta periodística, parece disfrutar más de la literatura y la ficción, de hecho lo reconoce. Ha escrito ya siete libros de poemas, tres novelas, dos libros de crónicas y ahora esta novela policial, la primera que le publica la editorial Alfaguara y que presenta de gira por España.

LA HISTORIA MÁS DURA DE LA ARGENTINA

Hacia la mitad de la presentación se habían reunido ya unas 40 personas alrededor del espacio preparado para el periodista en la librería. La mayoría argentinos, exiliados en Barcelona tras la dictadura militar, otros jóvenes fans de su programa de radio, y algunos escritores curiosos. El presentador de Sietecase ha sido Gerardo Pisarello, “pero no en calidad de teniente alcalde de la ciudad, sino, para quienes no lo saben, Gerardo es hijo de Ángel Pisarello, un desaparecido de la última dictadura militar en Argentina”, aclara el escritor.

El libro de ficción de Sietecase, “No pidas nada”, es su tercera novela, y trata la parte más dura y reciente de la dictadura argentina, historia por la cual muchos argentinos viven hoy en ésta y otras ciudades europeas. “La novela comienza en Argentina pero termina en Brasil, trata sobre las cosas pequeñas, historias concretas que van de la dictadura argentina a las favelas de Río de Janeiro, y en todos esos relatos se ve un narrador riguroso, todo está muy bien investigado”, describe Pisarello antes de dejarle la palabra al protagonista.

EL PERIODISMO, EN MANOS DE POCOS

Sietecase se muestra desencantado y preocupado por el oficio del periodista. Justamente, tiempo atrás, ha escrito un decálogo ético sobre la profesión, al que asegura, lo ha leído poca gente, “se ve que no nos gusta mirarnos para adentro”, reflexiona. Si bien dice que la literatura le interesa más que la realidad, sus historias van de realidad. En “No pidas nada”, un periodista de investigación viaja a las favelas de Río de Janeiro para intentar desvelar el pacto entre militares argentinos y brasileños durante el período de facto de 1976 a 1983.

Su personaje, el Tano Gentili, tiene mucho del propio Sietecase, y en el libro suceden cosas que a él mismo le gustarían hacer, “pero es todo ficción”, relativiza el periodista. “Me preguntan mucho si soy el protagonista, si estoy decepcionado con la profesión, y la verdad es que me interesa muchísimo lo que está pasando con el periodismo”. Sietecase repite algunos de sus mantras que --quienes le escuchan en la radio lo saben de sobras-- “para un periodista, el mayor acto de libertad es decir que no, y el problema no es que no haya periodistas diciendo que no constantemente, el problema es que hay demasiados diciendo que sí enérgicamente a todo”.

"En Latinoamérica hay grupos mediáticos que controlan el 70% de los medios de comunicación de un país. Eso es malo para cualquier gobierno, es malo para la izquierda, pero también es malo para la derecha, eso afecta a la calidad del sistema democrático", sentencia. Sietecase asegura que ese debate ni siquiera existe en Argentina, y evita meter en el saco a otros países, pero lo deja abierto a la reflexión.