El turismo siembra la discordia en el pleno: "ERC quiere ser más turismofóbica que los comunes"

El modelo turístico de Barcelona tras la pandemia ha generado una confrontación entre grupos en el pleno municipal de Barcelona. ERC ha reclamado que el Ayuntamiento evite la vuelta a los "niveles de masificación turística" previa al coronavirus, mediante la implementación de medidas como la determinación de la "capacidad de carga" turística en los diferentes barrios y distritos de la capital catalana y la regulación de los "grupos organizados" de visitantes, entre otras cuestiones. La propuesta ha sido aprobada con los votos a favor del gobierno municipal y ERC y las abstenciones del resto de grupos.

El concejal republicano Miquel Puig ha destacado la necesidad de implementar esta iniciativa para "ordenar" un fenómeno "susceptible de generar molestias ciudadanas", mediante regulaciones concretas como el establecimiento de grupos máximos de "15 personas más un guía", el "uso obligatorio de audioguía para grupos de más de 10 personas" y el condicionamiento de la actividad a la obtención de una "licencia de ocupación del espacio público".

El líder del PSC en Barcelona, Jaume Collboni, ha apuntado que el gobierno municipal quiere que "vuelvan los turistas, no las molestias", y ha afirmado que la carga turística se puede regular a partir del "PEUAT, viviendas compartidas y turísticas".

TURISMOFOBIA

La propuesta del grupo republicano ha despertado el rechazo de diversos grupos municipales, que han afirmado que la propuesta responde a un posicionamiento turismofóbico. Óscar Benítez, regidor de Barcelona pel Canvi, ha asegurado que "la proposición respira una animadversión hacia el turismo" y ha comparado el posicionamiento de los republicanos con la postura de los comunes: "ERC quiere ser más turismofóbica que los comunes".

Luz Guilarte, líder de Ciutadans en la capital catalana, ha apuntado que ERC "coincide plenamente con el modelo turístico que Colau quiere en la ciudad", basado en "poner más trabas a un sector castigado". "No les gusta el turismo. Son los de las tasas más tasas sobre el turismo, no los de hacer un plan eficiente", ha afirmado la concejal señalando la "turismofobia" latente en la propuesta.

Marilén Barceló, concejal no adscrita que trabaja junto a Barcelona pel Canvi, se ha expresado en la misma línea. "Es una propuesta restrictiva. Bajo el maquillaje de ordenar se quiere fiscalizar y restringir", ha apuntado. Desde Junts, el edil Ferran Mascarell ha pedido que el plan se ejecute "sin perjuicios ni planteamientos fóbicos".